Wednesday, September 25, 2013

Porque el reino del diablo ha de estremecerse, y los que a él pertenezcan deben ser provocados a arrepentirse, o el diablo los prenderá con sus sempiternas cadenas






Sión Y Jerusalén, Septiembre 25 del 2013

Porque el reino del diablo ha de estremecerse, y los que a él pertenezcan deben ser provocados a arrepentirse, o el diablo los prenderá con sus sempiternas cadenas, y serán movidos a cólera, y perecerán; porque he aquí, en aquel día él enfurecerá los corazones de los hijos de los hombres, y los agitará a la ira contra lo que es bueno.

(Libro de Mormón | 2 Nefi 28:19 - 20)





9/24, 4:14pm

No me mande más mensajes carajo


9/24, 4:14pm


Bueno ud quien carajos es cambie de proveedor por que se la esta fumando verde y pasada diga quien es? ?

Vea este hp se cree Jesucristo bajese de esa nube



11:08am
Claudia Giraldo

Y de donde aca ud me copia lo que escribo en mo face atrevido tan cobarde es que no habla con sus propias palabras
 

1:12pm
Claudia Giraldo



mire lo ultimo que tengo que decirle es que si ud realmente es miembro de la iglesia ya debe tener el sacerdocio y por lo tanto tiene deberes y responsabilidades y si ni siquiera el profeta nos juzga por que ese derecho es EXCLUSIVO DE JESUCRISTO Y EL PADRE menos un ser humano común y corriente como ud puede hacerlo asi que le pido me respete







Claudia Giraldo,

Que pena y que lastima.

Muy bien, es tu libre albedrío y tu has escogido al amo que deseas servir. Si no quieres la paz que yo te doy y prefieres las tinieblas en lugar de la luz o las aguas turbias en lugar de las aguas calmadas, entonces que la paz del Señor regrese a mi prontamente y que regresen a ti las nubes de oscuridad sobre tu cabeza tal y como lo dice tu nombre para que no te amanezca la luz del sol hasta que te arrepientas. 




Porque escrito esta que el espíritu de Dios no siempre contenderá con el hombre.  Y hay de aquella persona, o aquella casa, o aquella ciudad con la cual el espíritu de Dios deje de contender porque queda desolada y sin luz y su estado es terrible.  Deberías quitar la foto del templo de mi Dios de tu portal que pusiste en Septiembre 4 en tu portal de facebook porque no eres digna, no te luce o no es compatible con tu carácter diabólico.  Y si no la quitas prontamente te profetizo en el nombre de Cristo que será un martirio o un constante recordatorio a tu alma de que habéis rechazado las palabras del Dios de esa casa.  Porque mis palabras de allí han salido.




porque si yo, que soy hombre, alzo mi voz y os llamo al arrepentimiento, y me aborrecéis, ¿qué diréis cuando venga el día en que los truenos hagan oír sus voces desde los extremos de la tierra, hablando a los oídos de todos los vivientes, diciendo: Arrepentíos y preparaos para el gran día del Señor? Sí, ¿y cuando los relámpagos resplandezcan desde el este hasta el oeste, y llegue el clamor de sus voces a todos los vivientes, haciendo zumbar los oídos de todos los que oigan, diciendo: Arrepentíos, porque el gran día del Señor ha llegado? Y además, el Señor emitirá su voz desde los cielos, diciendo: ¡Escuchad, oh naciones de la tierra, y oíd las palabras del Dios que os hizo!

¡Oh vosotras, naciones de la tierra, cuántas veces os hubiera juntado como la gallina junta a sus polluelos debajo de sus alas, mas no quisisteis! ¡Cuántas veces os he llamado por boca de mis siervos y por la ministración de ángeles, y por mi propia voz y por la de los truenos y la de los relámpagos y la de las tempestades; y por la voz de terremotos y de fuertes granizadas, y la de hambres y pestilencias de todas clases; y por el gran sonido de una trompeta, y por la voz del juicio y de la misericordia todo el día; y por la voz de gloria y de honra y la de las riquezas de la vida eterna, y os hubiera salvado con una salvación sempiterna, mas no quisisteis!  He aquí, ha llegado el día en que la copa de la ira de mi indignación está llena. He aquí, en verdad os digo, que éstas son las palabras del Señor vuestro Dios.

(Doctrina y Convenios | Sección 43:21 - 27)





Claudia Giraldo, Por el tono de tus palabras arriba puedo discernir que eres oveja de otro redil porque la verdad solo hiere al alma inmunda hasta el centro porque les duele y la hayan dura.  Yo he cumplido mi parte.  Ya quisiera yo Miguel, tener un pastor dedicado, exclusivo y personalizado que me enseña el buena palabra de Dios a domicilio que me venda leche y miel o el pan y las aguas de vida sin dinero y sin precio.  Además te digo que no soy cualquier pela gatos o los dis que amigos como con los cuales estas acostumbrada a hablar, sino un ministro debidamente llamado y autorizado de Dios y mis palabras son vinculantes para bien o para mal. Porque para esto he sido enviado y ordenado según el santo orden de Dios.   Y todo lo que te he dicho y te diga de aquí en adelante es lo que el espíritu me manda a decir. Y no eres la primera persona que arrojo al infierno o la que duerme en dolor y tristeza bajo mi mano y mando por haber rechazado la viva exhortación y admonición de Dios justo y verdadero. Porque así esta escrito y así dice además el  Señor:


¡Pero ay de aquel a quien la ley es dada; sí, que tiene todos los mandamientos de Dios, como nosotros, y que los quebranta, y malgasta los días de su probación, porque su estado es terrible!

¡Oh ese sutil plan del maligno! ¡Oh las vanidades, y las flaquezas, y las necedades de los hombres! Cuando son instruidos se creen sabios, y no escuchan el consejo de Dios, porque lo menosprecian, suponiendo que saben por sí mismos; por tanto, su sabiduría es locura, y de nada les sirve; y perecerán. Pero bueno es ser instruido, si hacen caso de los consejos de Dios.

Mas ¡ay de los ricos, aquellos que son ricos según las cosas del mundo! Pues porque son ricos desprecian a los pobres, y persiguen a los mansos, y sus corazones están en sus tesoros; por tanto, su tesoro es su dios. Y he aquí, su tesoro perecerá con ellos también.

¡Ay de los sordos que no quieren oír!, porque perecerán.

¡Ay de los ciegos que no quieren ver!, porque perecerán también.

¡Ay de los incircuncisos de corazón!, porque el conocimiento de sus iniquidades los herirá en el postrer día.

 ¡Ay del embustero!, porque será arrojado al infierno.

¡Ay del asesino que mata intencionalmente!, porque morirá.

¡Ay de los que cometen fornicaciones!, porque serán arrojados al infierno. Sí, ¡ay de aquellos que adoran ídolos!, porque el diablo de todos los diablos se deleita en ellos.

Y en fin, ¡ay de todos aquellos que mueren en sus pecados!, porque volverán a Dios, y verán su rostro y quedarán en sus pecados.

 ¡Oh, mis amados hermanos, recordad la horridez de transgredir contra ese Dios Santo, y también lo horrendo que es sucumbir a las seducciones de ese astuto ser! Tened presente que ser de ánimo carnal es muerte, y ser de ánimo espiritual es vida eterna.

¡Oh, amados hermanos míos, escuchad mis palabras! Recordad la grandeza del Santo de Israel. No digáis que he hablado cosas duras contra vosotros, porque si lo hacéis, ultrajáis la verdad; pues he hablado las palabras de vuestro Hacedor. Sé que las palabras de verdad son duras contra toda impureza; mas los justos no las temen, porque aman la verdad y son constantes.

(Libro de Mormón | 2 Nefi 9:27 - 40)




Dice además el Señor: Por cuanto las hijas de Sión son altivas, y andan con cuello erguido y ojos desvergonzados, y caminan como si bailaran, y producen tintineo con los pies; herirá, pues, el Señor la mollera de las hijas de Sión con sarna, y descubrirá su desnudez. En aquel día quitará el Señor la ostentación de sus ajorcas, y redecillas, y lunetas;  los collares, y los brazaletes, y los rebociños; las cofias, los adornos de las piernas, los tocados, los pomitos de olor y los zarcillos; los anillos, y los joyeles para la nariz; las mudas de ropa de gala, y los mantos, y las tocas, y las bolsas; los espejos, y los linos finos, y los rebozos, y los velos. Y sucederá que en lugar de perfumes, habrá hediondez; y soga en lugar de cinturón; y en lugar de cabellos peinados, calvicie; y en lugar de mantos, cilicio; y quemadura en lugar de hermosura. Tus varones caerán a espada, y tus fuertes en la batalla. Y sus puertas se lamentarán y enlutarán, y ella, desolada, se sentará en tierra.

(Libro de Mormón | 2 Nefi 13:16 - 26)



Y ahora os digo, hermanos míos, si habéis experimentado un cambio en el corazón, y si habéis sentido el deseo de cantar la canción del amor que redime, quisiera preguntaros: ¿Podéis sentir esto ahora? ¿Habéis caminado, conservándoos irreprensibles delante de Dios? Si os tocase morir en este momento, ¿podríais decir, dentro de vosotros, que habéis sido suficientemente humildes? ¿que vuestros vestidos han sido lavados y blanqueados mediante la sangre de Cristo, que vendrá para redimir a su pueblo de sus pecados?

He aquí, ¿os halláis despojados del orgullo? Si no, yo os digo que no estáis preparados para comparecer ante Dios. He aquí, debéis disponeros prontamente; porque el reino de los cielos pronto se acerca, y el que no esté preparado no tendrá vida eterna. He aquí, digo: ¿Hay entre vosotros quien no esté despojado de la envidia? Os digo que éste no está preparado; y quisiera que se preparase pronto, porque la hora está cerca, y no sabe cuándo llegará el momento; porque tal persona no se halla sin culpa.

Y además, os digo: ¿Hay entre vosotros quien se burle de su hermano, o que acumule persecuciones sobre él? ¡Ay de tal persona, porque no está preparada; y el tiempo está cerca en que debe arrepentirse, o no puede ser salva!

Sí, ¡ay de todos vosotros, obradores de iniquidad! ¡Arrepentíos, arrepentíos, porque el Señor Dios lo ha dicho!

He aquí, él invita a todos los hombres, pues a todos ellos se extienden los brazos de misericordia, y él dice: Arrepentíos, y os recibiré. Sí, dice él: Venid a mí, y participaréis del fruto del árbol de la vida; sí, comeréis y beberéis libremente del pan y de las aguas de la vida;  sí, venid a mí y haced obras de rectitud, y no seréis talados y arrojados al fuego. Porque he aquí, el tiempo está cerca en que todo aquel que no diere buen fruto, o sea, el que no hiciere las obras de rectitud, tendrá razón para gritar y lamentarse.

¡Oh obradores de iniquidad, vosotros que os habéis engreído con las vanidades del mundo, vosotros que habéis declarado conocer las sendas de la rectitud, y, sin embargo, os habéis descarriado como ovejas sin pastor, no obstante que un pastor os ha llamado, y os está llamando aún, pero vosotros no queréis escuchar su voz!

He aquí, os digo que el buen pastor os llama; sí, y os llama en su propio nombre, el cual es el nombre de Cristo; y si no queréis dar oídos a la voz del buen pastor, al nombre por el cual sois llamados, he aquí, no sois las ovejas del buen pastor. Y si no sois las ovejas del buen pastor, ¿de qué rebaño sois? He aquí, os digo que el diablo es vuestro pastor, y vosotros sois de su rebaño; y ahora bien, ¿quién puede negarlo? He aquí, os digo que quien niega esto es un embustero e hijo del diablo.

Porque os digo que todo lo que es bueno viene de Dios; y todo lo que es malo, del diablo procede. Por lo tanto, si un hombre hace buenas obras, él escucha la voz del buen pastor y lo sigue; pero el que hace malas obras, éste se convierte en hijo del diablo, porque escucha su voz y lo sigue. Y el que hace esto tendrá que recibir de él su salario; por consiguiente, recibe como su salario la muerte, en cuanto a las cosas que pertenecen a la rectitud, ya que está muerto a toda buena obra. Y ahora bien, hermanos míos, quisiera que me escuchaseis, porque hablo con la fuerza de mi alma; porque, he aquí, os he hablado claramente de modo que no podéis errar, o sea, he hablado según los mandamientos de Dios.

Porque soy llamado para hablar de este modo, según el santo orden de Dios que está en Cristo Jesús; sí, se me manda que me levante y testifique a este pueblo las cosas que han hablado nuestros padres concernientes a lo que está por venir. Y esto no es todo. ¿No suponéis que sé de estas cosas yo mismo? He aquí, os testifico que yo sé que estas cosas de que he hablado son verdaderas. Y ¿cómo suponéis que yo sé de su certeza?

He aquí, os digo que el Santo Espíritu de Dios me las hace saber. He aquí, he ayunado y orado muchos días para poder saber estas cosas por mí mismo. Y ahora sé por mí mismo que son verdaderas; porque el Señor Dios me las ha manifestado por su Santo Espíritu; y éste es el espíritu de revelación que está en mí. Y además, os digo que así se me ha revelado, que las palabras que nuestros padres han hablado son verdaderas, aun de conformidad con el espíritu de profecía que en mí se halla, el cual también es por la manifestación del Espíritu de Dios.

Os digo yo que sé por mí mismo, que cuanto os diga concerniente a lo que ha de venir es verdad; y os digo que sé que Jesucristo vendrá; sí, el Hijo, el Unigénito del Padre, lleno de gracia, de misericordia y de verdad. Y he aquí, él es el que viene a quitar los pecados del mundo, sí, los pecados de todo hombre que crea firmemente en su nombre. Y ahora os digo que éste es el orden según el cual soy llamado, sí, para predicar a mis amados hermanos, sí, y a todo el que mora sobre la tierra; sí, a predicar a todos, ora ancianos o jóvenes, ora esclavos o libres; sí, os digo, a los de edad avanzada y también a los de edad mediana y a la nueva generación; sí, para declararles que deben arrepentirse y nacer de nuevo.

Sí, el Espíritu así dice: Arrepentíos todos vosotros, extremos de la tierra, porque el reino de los cielos está cerca; sí, el Hijo de Dios viene en su gloria, en su fuerza, majestad, poder y dominio. Sí, amados hermanos míos, os digo que el Espíritu dice: He aquí la gloria del Rey de toda la tierra; y también el Rey del cielo brillará muy pronto entre todos los hijos de los hombres.

Y me dice también el Espíritu, sí, me clama con voz potente, diciendo: Ve y di a los de este pueblo: Arrepentíos, porque a menos que os arrepintáis, de ningún modo podréis heredar el reino de los cielos.

Y además, os digo que el Espíritu declara: He aquí, el hacha está puesta a la raíz del árbol; por lo tanto, todo árbol que no produzca buen fruto, será talado y echado al fuego; sí, un fuego que no puede ser consumido, un fuego inextinguible. He aquí, y tened presente, el Santo lo ha dicho.

Y ahora os digo, amados hermanos míos: ¿Podéis resistir estas palabras? Sí, ¿podéis desechar estas cosas y hollar con los pies al Santo de Israel? Sí, ¿podéis inflaros con el orgullo de vuestros corazones? Sí, ¿persistiréis aún en usar ropas costosas y en poner vuestros corazones en las vanidades del mundo, en vuestras riquezas?

Sí, ¿persistiréis en suponer que unos sois mejores que otros? Sí, ¿persistiréis en perseguir a vuestros hermanos que se humillan y caminan según el santo orden de Dios, en virtud de lo cual han entrado en esta iglesia —habiendo sido santificados por el Santo Espíritu— y hacen obras dignas de arrepentimiento?

Sí, ¿persistiréis en volver vuestras espaldas al pobre y al necesitado, y en negarles vuestros bienes?

Y por último, a todos vosotros que queréis persistir en vuestra iniquidad, os digo que éstos son los que serán talados y arrojados al fuego, a menos que se arrepientan prontamente.

Y a todos vosotros que deseáis seguir la voz del buen pastor, ahora os digo: Salid de entre los inicuos, y conservaos aparte, y no toquéis sus cosas inmundas; pues he aquí, sus nombres serán borrados, a fin de que los nombres de los inicuos no sean contados entre los nombres de los justos, para que se cumpla la palabra de Dios, que dice: Los nombres de los inicuos no serán mezclados con los nombres de los de mi pueblo; porque los nombres de los justos serán escritos en el libro de la vida, y a ellos les concederé una herencia a mi diestra. Y ahora bien, hermanos míos, ¿qué tenéis que decir en contra de esto? Os digo que si habláis en contra de ello, nada importa; porque la palabra de Dios debe cumplirse.

Pues, ¿qué pastor hay entre vosotros que, teniendo muchas ovejas, no las vigila para que no entren los lobos y devoren su rebaño? Y he aquí, si un lobo entra en medio de su rebaño, ¿no lo echa fuera? Sí, y por último, si puede destruirlo, lo hará.

Y ahora os digo que el buen pastor os llama; y si escucháis su voz, os conducirá a su redil y seréis sus ovejas; y él os manda que no dejéis entrar ningún lobo rapaz entre vosotros, para que no seáis destruidos.

Y ahora bien, yo, Alma, os mando, con las palabras de aquel que me ha mandado a mí, que os esforcéis por cumplir con las palabras que os he hablado. Os hablo por vía de mandamiento a vosotros que pertenecéis a la iglesia; y por vía de invitación os hablo a los que no pertenecéis a ella, diciendo: Venid y bautizaos para arrepentimiento, a fin de que también participéis del fruto del árbol de la vida.

(Libro de Mormón | Alma 5:26 - 62)

Se que mis palabras no te gustaran; y hay mas de donde estas vienen si quieres volver por mas. Y salvo que te arrepientas de toda tu maldad, quedaran como un reluciente testimonio en el Día de Juicio contra ti. Y Dios mismo te dirá estas mismas palabras que vienen a continuación y te exhorto a que las recuerdes. Porque así escrito esta:


Por lo tanto, se me manda a mí, Moroni, escribir estas cosas, para que sea destruido el mal, y llegue el tiempo en que Satanás no tenga más poder en el corazón de los hijos de los hombres, sino que sean persuadidos a hacer el bien constantemente, a fin de que vengan a la fuente de toda rectitud y sean salvos.

(Libro de Mormón | Éter 8:26)



Y os exhorto a que recordéis estas cosas; pues se acerca rápidamente el día en que sabréis que no miento, porque me veréis ante el tribunal de Dios; y el Señor Dios os dirá: ¿No os declaré mis palabras, que fueron escritas por este hombre, como uno que clamaba de entre los muertos, sí, como uno que hablaba desde el polvo? Declaro estas cosas para el cumplimiento de las profecías. Y he aquí, procederán de la boca del Dios sempiterno; y su palabra resonará de generación en generación. Y Dios os mostrará que lo que he escrito es verdadero.

Y otra vez quisiera exhortaros a que vinieseis a Cristo, y procuraseis toda buena dádiva; y que no tocaseis el don malo, ni la cosa impura.

¡Y despierta y levántate del polvo, oh Jerusalén; sí, y vístete tus ropas hermosas, oh hija de Sión; y fortalece tus estacas, y extiende tus linderos para siempre, a fin de que ya no seas más confundida, y se cumplan los convenios que el Padre Eterno te ha hecho, oh casa de Israel!

Sí, venid a Cristo, y perfeccionaos en él, y absteneos de toda impiedad, y si os abstenéis de toda impiedad, y amáis a Dios con toda vuestra alma, mente y fuerza, entonces su gracia os es suficiente, para que por su gracia seáis perfectos en Cristo; y si por la gracia de Dios sois perfectos en Cristo, de ningún modo podréis negar el poder de Dios. Y además, si por la gracia de Dios sois perfectos en Cristo y no negáis su poder, entonces sois santificados en Cristo por la gracia de Dios, mediante el derramamiento de la sangre de Cristo, que está en el convenio del Padre para la remisión de vuestros pecados, a fin de que lleguéis a ser santos, sin mancha.

Y ahora me despido de todos. Pronto iré a descansar en el paraíso de Dios, hasta que mi espíritu y mi cuerpo de nuevo se reúnan, y sea llevado triunfante por el aire, para encontraros ante el agradable tribunal del gran Jehová, el Juez Eterno de vivos y muertos. Amén.

(Libro de Mormón | Moroni 10:27 - 34)



Acaso no nos ha mandado Dios a ser como el o a seguirlo en todas las cosas como el siguió al Padre?  Por lo tanto como el dijo: no hago yo nada de mi mismo sino lo que he visto a mi padre hacer.  No estoy aquí para ser la luz sino para dar testimonio de la luz. No estoy aquí para engrandecerme sino para glorificar al que eme envió y me comisiono a hacer estas cosas bajo su autoridad.  Por cual de las palabras que he escrito me insultas? Acaso tu boca sucia o mujer inmunda que dices ser de la iglesia de Jesucristo, no sabes que esta es mi vocación. Te has olvidado de las escrituras que dicen:

El deber de los élderes, presbíteros, maestros, diáconos y miembros de la Iglesia de Cristo: Un apóstol es un élder, y es suyo el llamamiento de bautizar; y ordenar a otros élderes, presbíteros, maestros y diáconos; y bendecir el pan y el vino, emblemas de la carne y sangre de Cristo, y confirmar por la imposición de manos a los que se bautizan en la iglesia, para que reciban el bautismo de fuego y del Espíritu Santo, de acuerdo con las Escrituras; y enseñar, exponer, exhortar, bautizar y velar por la iglesia; y confirmar a los miembros de la iglesia por la imposición de manos y el otorgamiento del Espíritu Santo; y hacerse cargo de todas las reuniones.

Los élderes han de dirigir las reuniones según los guíe el Espíritu Santo, de acuerdo con los mandamientos y revelaciones de Dios. El deber del presbítero es predicar, enseñar, exponer, exhortar, bautizar y bendecir la santa cena, y visitar la casa de todos los miembros, y exhortarlos a orar vocalmente, así como en secreto, y a cumplir con todos los deberes familiares. Y también puede ordenar a otros presbíteros, maestros y diáconos. Y ha de hacerse cargo de las reuniones cuando no esté presente ningún élder; mas cuando esté presente un élder, sólo ha de predicar, enseñar, exponer, exhortar y bautizar; y visitar la casa de todos los miembros, exhortándolos a orar vocalmente, así como en secreto, y a cumplir con todos los deberes familiares.

(Doctrina y Convenios | Sección 20:38 - 51)

Me llamas cobarde a mi? Porque te ensañas conmigo?  Yo no te he juzgado, sino que los hombres son juzgados por las cosas que están escritas.  Ya te dije que aunque soy uno con ellos, porque cantamos la misma cacion, yo no soy Jose Smith ni Jesucristo.  Si los que estuvieran cerca de ti estuvieran haciendo lo que les corresponde, el Señor no tuviera necesidad o motivo de enviarme a mi a llamarte al arrepentimiento y lo que hago esta en armonía con las palabras de todos los profetas.  Por si no lo sabes un profeta puso las manos sobre mi y Dios me dijo por medio de el que ejercitara mi habilidad para escribir. Y que el me daría palabras y pensamientos que confundirían a muchos. Y que los haría estremecerse y temblar, quizás de cólera como tu, porque la verdad los heriría hasta el centro y se darían cuenta que hablo con la autoridad exclusiva de nuestro Padre Celestial.  Y el tiene y nos ha dado potestad de sellar al incrédulo y al rebelde para el día de Juicio y esto por nuestra valentía de proclamar su verdad contra viento y marea, ante reyes y gobernantes.  Y soy tan intrépido como el profeta de Dios ha sido tan para proclamar estas cosas. Porque entonces te ensañas conmigo. Te has olvidado de las palabras y hechos de Abinadi y de Samuel el Laminita? O de Jose Smith o de las plabras de Thomas s monson? 

EL ALBEDRIO MORAL



Y acaso no les ha dado potestad a ellos de perdonar, de remitir o de retener pecados.  Pues yo he sido investido con la misma autoridad porque para este fin ha nacido y pare este fin he sido enviado.  Por tanto deberías temer y temblar por tu incredulidad y rebeldía. Porque escrito esta:

Por tanto, temed y temblad, oh pueblo, porque se cumplirá lo que yo, el Señor, he decretado en ellos.

Y de cierto os digo, que a los que salgan para llevar estas nuevas a los habitantes de la tierra, les es dado poder para sellar, tanto en la tierra como en el cielo, al incrédulo y al rebelde; sí, en verdad, sellarlos para el día en que la ira de Dios sea derramada sin medida sobre los malvados; para el día en que el Señor venga a recompensar a cada hombre según sus obras, y medir a cada cual con la medida con que haya medido a su prójimo.

Por tanto, la voz del Señor habla hasta los extremos de la tierra, para que oigan todos los que quieran oír: Preparaos, preparaos para lo que ha de venir, porque el Señor está cerca; y la ira del Señor está encendida, y su espada se embriaga en el cielo y caerá sobre los habitantes de la tierra.

(Doctrina y Convenios | Sección 1:7 - 13)


Por lo tanto, ya que has menospreciado, insultado y aborrecido al mensajero de Dios, jusgue EL entre tu y yo, y recompense tus buenas obras, de mi parte yo te perdono. No obstante, debo honrar el sacerdocio de Dios que honra a quienes le honran y tiene en poco a los que lo menosprecian como tu lo has hecho. Y que como a los que me han antecedido, lo que digo no lo digo de mi mismo sino que así como el Señor ha hablado así se cumplirá y todo lo que sello en la tierra en justicia queda registrado en los cielos porque así Dios me ha mandado a hablar mi Padre Celestial con su divina autoridad y lo hago humilde, diligente y solemnemente en el Sagrado nombre de su hijo amado, El Señor Jesucristo, Amen

Atentamente te ha servido.

Miguel Ángel Tinoco Rodríguez. 


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