Sión y Jerusalén, Septiembre 26 del 2013
Contiende, pues, mañana
tras mañana; y día tras día hágase oír tu voz amonestadora; y al anochecer no
dejen dormir tus palabras a los habitantes de la tierra.
(Doctrina y Convenios
| Sección 112:5)
He aquí esta es la voz como
de uno que clama el arrepentimiento en el desierto, cuya voz es dirigida a
todos los hombres y cuyas salidas son hasta los extremos de la tierra diciendo:
Arrepentíos, arrepentíos porque el reino de los cielos se ha acercado.
Arrepentíos, arrepentíos, y enderezad el sendero del Señor porque el hacha ya
esta puesta a la raíz de cada árbol, y todo árbol que no produzca buen fruto,
digno se arrepentimiento será talado y echado en el fuego de donde ningún
viajero regresa.
Por lo tanto, oh habitantes
de toda la faz de la tierra, temed a
Dios y temblad porque la hora de su juicio ha llegado. Y esto es lo que el espíritu de Dios me manda
a decir: Acercaos a mi, y yo me acercare a vosotros. Buscadme diligente mente y
me encontrareis. Pedid y recibiereis,
llamad y se os abrirá. Porque así esta escrito:
Allegaos a mí, y yo me
allegaré a vosotros; buscadme diligentemente, y me hallaréis; pedid, y
recibiréis; llamad, y se os abrirá; cualquier cosa que le pidáis al Padre en mi
nombre os será dada, si es para vuestro bien; y si pedís algo que no os
conviene, se tornará para vuestra condenación.
He aquí, lo que
oís es como la voz de uno que clama en el desierto —en el desierto, porque no
lo podéis ver— mi voz, porque mi voz es Espíritu; mi Espíritu es verdad; la
verdad perdura y no tiene fin; y si está en vosotros, abundará.
(Doctrina y Convenios | Sección 88:63 - 66)
Más vosotros según ya esta
registrado por Malaquias decís:
¿En qué hemos de volvernos?
(Libro de Mormón
| 3 Nefi 24:7)
Y el Señor de los cielos,
de la tierra y de la mar, el mismo de antemano os responde diciendo:
Aun desde los
días de vuestros padres os habéis apartado de mis ordenanzas, y no las habéis
guardado. Volveos a mí, y yo me volveré a vosotros, dice el Señor de los
Ejércitos.
(Libro de Mormón
| 3 Nefi 24:7)
¿Robará el hombre a Dios?
Mas vosotros me habéis robado. Pero decís:
¿En qué te hemos
robado?
En los diezmos y en las
ofrendas. Malditos sois con maldición, porque vosotros, toda esta nación, me
habéis robado. Traed todos los diezmos al alfolí para que haya alimento en mi
casa; y probadme ahora en esto, dice el Señor de los Ejércitos, si no os abriré
las ventanas de los cielos, y derramaré sobre vosotros una bendición tal que no
haya donde contenerla.
Y reprenderé al devorador
por el bien de vosotros, y no destruirá los frutos de vuestra tierra; ni
vuestra viña en los campos dará su fruto antes de tiempo, dice el Señor de los
Ejércitos. Y todas las naciones os llamarán bienaventurados, porque seréis
tierra deleitosa, dice el Señor de los Ejércitos.
Fuertes han sido vuestras
palabras contra mí, dice el Señor. No obstante, vosotros decís:
¿Qué hemos
hablado contra ti?
Habéis dicho: En vano es
servir a Dios; ¿y qué nos aprovecha haber guardado sus ordenanzas, y haber andado
afligidos delante del Señor de los Ejércitos? Y ahora
llamamos dichosos a los soberbios; sí, los que obran iniquidad son ensalzados;
sí, aun son librados los que tientan a Dios.
Entonces los que temían al
Señor hablaron a menudo, cada uno a su compañero; y el Señor escuchó y oyó; y
fue escrito un libro de memorias delante de él para aquellos que temían al
Señor y pensaban en su nombre.
Y serán míos,
dice el Señor de los Ejércitos, el día en que yo integre mis joyas; y los
perdonaré como el hombre que perdona a su hijo que le sirve.
Entonces vosotros os volveréis y discerniréis
entre los justos y los malos; entre el que sirve a Dios y el que no le sirve.
(Libro de Mormón | 3 Nefi 24:8 - 18)
Porque yo se sin lugar a
dudas o con absoluta certeza que Dios viene Mañana. Porque he aquí esta escrito que el tiempo
presente es llamado hoy hasta la venida del hijo del hombre en potencia,
gloria, majestad y dominio. Y este es un tiempo de sacrificio y de requeriré el
Diezmo del pueblo de Dios. Y este es un
dia de preparación hasta el DIA que el venga. Y el que es diezmado hoy, no será
quemado mañana o en el día grande y terrible de su venida en gloria. Yo he
venido como su mensajero a preveniros y a preparar el camino delante de el
porque el vendrá súbitamente a su templo.
He aquí, el tiempo presente
es llamado hoy hasta la venida del Hijo del Hombre; y en verdad, es un día de
sacrificio y de requerir el diezmo de mi pueblo, porque el que es diezmado no
será quemado en su venida.
(Doctrina y Convenios
| Sección 64:23)
ESCUCHAD, oh pueblo de mi
iglesia, dice el Señor vuestro Dios, y oíd la palabra del Señor concerniente a
vosotros: El Señor que vendrá súbitamente a su templo; el Señor que descenderá
en juicio sobre el mundo con una maldición; sí, sobre todas las naciones que
olviden a Dios, y sobre todos los impíos que haya entre vosotros.
(Doctrina y Convenios | Sección 133:1 - 2)
Yo en particular he pedido
a Mi Dios en humildad e intimidad saber lo que es de mayor valor para mi
alma y el señor me ha hablado con un
torrente de revelación tras revelación que no hay lugar para contenerla. Y lo que el me dice en la oscuridad y lo
manifiesto en la plena luz del dia, y lo que el me dice al oído o en privado yo
lo pregono con voz de trompeta sobre los techos de las casas o desde las
azoteas.
Lo que os digo en la oscuridad,
decidlo a plena luz; y lo que oís al oído, proclamadlo desde las azoteas.
Y en estos últimos días mi Dios
me ha dicho que lo de mayor valor para mi alma es predicar el
arrepentimiento. Y que atesore salvación
para mi alma predicando el arrepentimiento de día y de noche a una generación
perversa y porfiada. Y no soy el único a quien el ha dicho estas cosas porque
las escrituras que el nos ha dado se nos aplica. Y así como Dios habla conmigo también puede
hablar con vosotros si venís el y le ofrecéis un sacrificio en justicia, si, el de un corazón quebrantado y un espíritu
contrito para que su infinita expiación tenga efecto inmediato sobre vosotros
para que nazcáis espiritualmente de Dios y seáis redimidos de todos vuestros
pecados. Y si no hacéis estas cosas hacéis y no hacéis las obras de Cristo, las que le habeis visto hacer, debéis ser
quemados como rastrojo y perecer porque así el lo ha hablado.
Y me ofreceréis
como sacrificio un corazón quebrantado y un espíritu contrito.
Y al que venga a mí con un
corazón quebrantado y un espíritu contrito, lo bautizaré con fuego y con el
Espíritu Santo, así como los lamanitas fueron bautizados con fuego y con el
Espíritu Santo al tiempo de su conversión, por motivo de su fe en mí, y no lo
supieron.
He aquí, he venido al mundo
para traer redención al mundo, para salvar al mundo del pecado. Por tanto, al que se arrepintiere y viniere a
mí como un niño pequeñito, yo lo recibiré, porque de los tales es el reino de
Dios. He aquí, por éstos he dado mi vida, y la he vuelto a tomar; así pues,
arrepentíos y venid a mí, vosotros, extremos de la tierra, y sed salvos.
(Libro de Mormón | 3 Nefi 9:20 - 22)
Por lo tanto, apresuraos,
escuchad hermanos y volveos a Dios de todas vuestras sendas extraviadas, arrepentíos,
enmendad, restituid como yo lo he hecho para que el fuego que se avecina no os
consuma. Escuchadme diligentemente, OID
mis palabras porque hablo como con voz de ángel la voluntad de el que me envió. Y lo hago con dolor y ansiedad en mi alma
como lo hace un pastor verdadero que conmovido que busca las ovejas perdidas de
su Señor y no las encuentra. Y esto
agobia mi alma sobremanera y la atormenta y la hace temblar porque si no
escuchan la voz del maestro yo se que perecerán. Y
no soy o no he sido el único que se siente asi, deseoso se compartir la salvación
no solo con los de su casa sino con toda la humanidad porque el valor de las
almas es grande a la vista de Dios. Ahora,
no os moféis de mis palabras ni las rechacéis porque si lo hacéis de cierto yacerse
en angustia y en dolor porque así el Señor lo ha dicho.
Pues estaban deseosos de
que la salvación fuese declarada a toda criatura, porque no podían soportar que
alma humana alguna pereciera; sí, aun el solo pensamiento de que alma alguna
tuviera que padecer un tormento sin fin los hacía estremecer y temblar. Y así
obró en ellos el Espíritu del Señor, porque habían sido los más viles
pecadores. Y el Señor, en su infinita misericordia, juzgó prudente perdonarlos;
no obstante, padecieron mucha angustia de alma por causa de sus iniquidades,
sufriendo mucho, y temiendo ser rechazados para siempre.
(Libro de Mormón | Mosíah 28:3 - 4)
Por lo tanto mis amados hermanos, porque deberias ser muy amados, dad oído a mis
palabras porque hablo con la ley y el testimonio en la mano en lenguaje
mesiánico. Porque el señor me habla
mañana tras mañana y abre mi oído para que oiga. Y me ha dotado de la lengua de
los sabios y de los instruidos aun cuando mi educación académica sea escasa
para dar consuelo aquel que le busca. Y
no fui rebelde, ni tampoco me torne hacia atrás de su reprensión. Entregue mi espalda al heridor; y mis
mejillas a los que arrancan la barba. No
escondí mi rostro de la humillación, ni del reproche o del esputo. Y se que el
Señor me ayudara y no seré confundido. Por lo tanto, he puesto mi cara como
pedernal, y se que no seré avergonzado.
Y se que el Señor esta cerca y el me justificara.
Todos vosotros que os
mofáis, que me ultrajáis que tenéis que decir?
Donde esta mi adversario? Que se
presente ante mi y yo lo heriré con la vara de mi boca. Porque el Señor Dios me ayudara. Y he aquí
todos los que me condenen, envejecerán y serán consumidos como yagual viejo,
como la mota pasaran porque la polilla se los comerá.
Quien hay de entre vosotros
que tema a Dios y que obedezca la voz de su siervo y que ande en tinieblas y
carezca de luz?
Todos vosotros que
encendéis fuego, que os rodeáis de centellas, caminad por la luz de vuestro
propio fuego y las centellas que encendisteis. Esto vendrá de mi mano, en
angustia yaceréis.
SÍ, porque esto dice el
Señor:
¿Te he repudiado yo, o te
he echado de mi lado para siempre? Pues así dice el Señor: ¿Dónde está la carta
de divorcio de tu madre? ¿A quién te he abandonado, o a cuál de mis acreedores
te he vendido? Sí, ¿a quién te he vendido? He aquí, por vuestras maldades os
habéis vendido, y por vuestras iniquidades es repudiada vuestra madre.
Por tanto, cuando vine, no
hubo nadie; cuando llamé, nadie respondió.
Oh casa de Israel, ¿se ha
acortado mi mano para no redimir?, o ¿no hay en mí poder para librar? He aquí,
con mi reprensión hago secar el mar; vuelvo sus ríos en desiertos, sus peces
hieden porque las aguas se han secado, y mueren de sed. Visto de obscuridad los
cielos, y de cilicio hago su cubierta.
El Señor Dios me dio lengua
de sabios para saber hablarte en sazón, oh casa de Israel. Cuando estás
cansada, él vela de aurora a aurora; él abre mi oído para que oiga como los
sabios.
El Señor Dios me abrió el
oído, y no fui rebelde ni me torné atrás. Entregué mis espaldas al heridor, y
mis mejillas a los que arrancaban la barba. No escondí mi rostro de la
humillación ni del esputo. Porque el Señor Dios me ayudará, de modo que no seré
confundido. Por eso he puesto mi rostro como pedernal, y sé que no seré
avergonzado.
Y el Señor está cerca, y me
justifica. ¿Quién contenderá conmigo? Presentémonos juntos. ¿Quién es mi
adversario? Acérquese a mí, y yo lo heriré con la fuerza de mi boca. Porque el
Señor Dios me ayudará. Y todos los que me condenen, he aquí, todos envejecerán
como ropa de vestir, y la polilla se los comerá.
¿Quién hay entre vosotros
que teme al Señor, que obedece la voz de su siervo, que anda en tinieblas y
carece de luz?
He aquí, todos vosotros que
encendéis fuego, que os rodeáis de centellas, andad a la luz de vuestro fuego y
de las centellas que encendisteis. Esto os vendrá de mi mano: en angustia
yaceréis.
(Libro de Mormón | 2 Nefi 7:1 - 11)
Y ahora bien, amados
hermanos míos, si todos los que sois de la casa de Israel y también vosotros
gentiles, oh extremos de la tierra. Podéis resistir estas palabras? Os he
hablado como la como la voz de uno que clama desde el polvo porque el Señor me
da poder de susurrar concerniente a ellos y para declarar. Y las palabras que
os he expuesto este día como el los días anteriores y las que os expondre de aquí
en edelante no son mías sino las de aquellos que han dormido y que nos susurran
desde el polvo como Isaias, Nefi, Thomas B. March y Warrwen a Cowdery, como le
fueron declaradas al gran profeta, vidente y revelador de la restauración, si a
Jose Smith Jr. Pero vosotros no queréis
oir, habéis cerrado vuestros ojos y habéis tapado vuestros oídos a mis palabras
y rechazado a los profetas. Honnrais a Dios con vuestros labios pero habeis elejado vuestro corazon de el por cause de la desobediencie, las tradiciones incorrectas de vuestros padres y los preceptos y mandamientos de los hombres. Estais tan ocupados en las cosas del mundo, y preferis complacer a vuestros hijos y a vuestras mujeres que Dios. NO quereis salir de vuestra zona de comodidad. Y estais reposados como el vino y no consultais con Dios y pensais que el es un Dios lejano y no un Dios cercano y que no os hara ni bein ni mal. Mas las palabras de el profeta Jose y Sofonias dicen claramente lo que os espera salvo que os arrepintais y vengais a Dios con integro proposito de corazon.
JOEL
http://www.lds.org/scriptures/ot/joel?lang=spa
SOFONIAS
http://www.lds.org/scriptures/ot/zeph?lang=spa
Porque he aquí, todos
vosotros que obráis iniquidad, deteneos y asombraos, porque gritaréis y
clamaréis; sí, estaréis ebrios, mas no de vino; titubearéis, mas no de licor. Porque
he aquí, el Señor ha derramado sobre vosotros el espíritu de un profundo sueño;
pues he aquí que habéis cerrado vuestros ojos y rechazado a los profetas; y a
vuestros gobernantes y a los videntes él ha cubierto a causa de vuestra
iniquidad. Y acontecerá que el Señor Dios os manifestará las palabras de un
libro; y serán las palabras de los que han dormido.
(Libro de Mormón | 2 Nefi 27:4 - 6)
Mas pese a vuestra fuerza
de corazón e incredulidad y murmuraciones, he sido enviado a abrir vuestros
ojos y vuestro entendimiento para que entendáis y no andéis mas en la oscuridad.
Y para que los que han murmurado aprendan doctrinas y honren a Dios en verdad y
en espíritu y no solo de labios. Porque el Señor mismo, que me instruye lo ha
declarado diciendo:
Por cuanto este pueblo se
me acerca con su boca, y con sus labios me honra, mas su corazón ha alejado de
mí, y su temor para conmigo les es inculcado por los preceptos de los hombres, procederé
yo, por tanto, a ejecutar una obra maravillosa entre este pueblo; sí, una obra
maravillosa y un prodigio; porque la sabiduría de sus sabios e instruidos
perecerá, y el entendimiento de sus prudentes será escondido.
Y ¡ay de aquellos que
procuran con afán esconder sus designios del Señor! Y sus obras se hacen en las
tinieblas, y dicen: ¿Quién nos ve?, y ¿quién nos conoce? Y dicen también:
Ciertamente tu obra de trastornar las cosas de arriba abajo será estimada como
el barro del alfarero. Mas he aquí, dice el Señor de los Ejércitos, les mostraré
que conozco todas sus obras. ¿Pues acaso dirá la obra del artífice: Él no me
hizo?, o ¿dirá lo construido del constructor: No tenía inteligencia?
Pero he aquí, dice el Señor
de los Ejércitos: Enseñaré a los hijos de los hombres que de aquí a muy poco
tiempo el Líbano se convertirá en campo fértil; y el campo fértil será
apreciado como un bosque. Y en aquel día los sordos oirán las palabras del
libro, y los ojos de los ciegos verán de en medio de la obscuridad y de las
tinieblas.
(Libro de Mormón | 2 Nefi 27:25 - 29)
Y según como me lo comunica
hoy el Espíritu, estos de los que hablo, son los mensajeros que Dios me ha
enviado este día para consolarme; y quienes trabajan todavía por la salvación
de los hombres al otro lado del velo o en el mundo de los espíritus atesorando salvación
sempiterna para sus almas. Y se que
ellos caminan y caminaron con Dios y yo deseo lo mismo por lo cual emulo todo
lo bueno de ellos. Porque Dios no es un Dios de muertos sino un Dios de vivos y
sus palabras y su salvación susurran de generación en generación y son
aplicables para todo el que tenga una mente un corazón bien dispuesto para
servir con la única mira de glorificar a Dios.
Y es por esto que predico y
enseño todo lo que el Señor pone en mi mente y en mi corazón como lo hizo Abinadi,
Alma, Amulek, Samuel el Laminita, Nefi y Lehi entre otros. Y lo hago porque Dios
me dio un don y la habilidad para escribir. Y escribo no solo en o para las
regiones inmediatas donde yo vivo, sino también en los condados adyacentes y en
todas partes donde mis palabras puedan llegar por la tecnología vigente. Y el mensajero no es importante sino el
mensaje. Y me considero el Mensajero del
Señor, el más pequeño e indigno de sus incontables siervos.
Y como podréis ver yo cierro
todas mis palabras en el nombre de Cristo. Porque el me ha dicho, harás todas las cosas
en nombre del Señor y te arrepentirás en el nombre del Señor para que el
consagre tus obras para el beneficio eterno de tu alma. Y esto, cuando se hacer por inspiración y su
autoridad vincula a todos los que están en la circunferencia de mi vida para
bien o para mal. Y o hablo no solo con
la autoridad de Jesucristo y el espíritu santo como muchos en nuestra iglesia, sino con la autoridad de nuestro Padre
Celestial, el mayor de todos. Y así dice el Señor a su siervo que de día y se
noche se dedica a este santo y alto llamamiento.
DA oído, mi siervo John, y
escucha las palabras de Jesucristo, tu Señor y Redentor. Pues he aquí, te hablo
con claridad y con poder, porque mi brazo cubre toda la tierra. Y te declararé
lo que ningún hombre sabe, sino tú y yo únicamente, porque muchas veces has
deseado saber de mí lo que para ti sería de mayor valor.
He aquí, bendito
eres por esto, y por haber declarado mis palabras que, de conformidad con mis
mandamientos, yo te he comunicado.
Y ahora bien, he
aquí, te digo que lo que será de mayor valor para ti será declarar el
arrepentimiento a este pueblo, a fin de que
traigas almas a mí, para que con ellas reposes en el reino de mi Padre. Amén.
(Doctrina y Convenios | Sección 15:1 - 6)
Porque se acerca rápidamente
el día de su venida; y el campo esta ya blanco para la siega y los obreros son
pocos. Y por esta causa meto mi hoz con fuerza y administro el evangelio eterno
o las nuevas de gran gozo como el Señor lo administro o lo administraría si
estuviera presente. Y el vendrá pronto para sorprender al mudo
como ladrón en la noche. Y hay de aquel que sea sorprendido y no este ceñido
con toda la armadura del Señor. Temed y
temblad porque el grande y terrible día del Senos se apresura. Porque El Señor enviara plagas sobre todos
los inicuos y yo he visto, en más de una ocasión, y anoche fue una de esas
veces, a los espíritus de demonios que andan engañando a los reyes de la tierra
para reunirlos para la guerra. Y su apariencia y andar es como rana, saltando
de aquí para allá. Y el que no este
ceñido con toda la armadura del Señor
estos verán su desnudez. Por lo
tanto, preparaos para lo que en breve se realizara. Porque así escrito esta:
ES mi voluntad que mi
siervo Warren A. Cowdery sea nombrado y
ordenado sumo sacerdote presidente de mi iglesia en la tierra de Freedom y las
regiones circunvecinas; y que predique mi evangelio sempiterno y alce su voz
para amonestar al pueblo, no sólo en su propia región, sino en los condados
adyacentes; y dedique su tiempo entero a este alto y santo llamamiento que
ahora le doy, buscando con diligencia el reino del cielo y su justicia, y todas
las cosas necesarias serán añadidas, porque el obrero es digno de su salario.
Además, de cierto os digo
que la venida del Señor se aproxima, y sorprenderá al mundo como ladrón en la
noche. Por tanto, ceñid vuestros lomos para que seáis hijos de luz, y no os
sorprenda ese día como ladrón. Y además, de cierto os digo que hubo gozo en los
cielos cuando mi siervo Warren se humilló ante mi cetro y se apartó de las
artimañas de los hombres; así que, bendito es mi siervo Warren, porque seré
misericordioso para con él; y no obstante la vanidad de su corazón, lo
enalteceré si se humilla ante mí. Y le daré gracia y confianza para que se
sostenga firme; y si continúa siendo un testigo fiel y una luz a la iglesia, he
preparado para él una corona en las mansiones de mi Padre. Así sea. Amén.
(Doctrina y Convenios | Sección 106:1 - 8)
Y
oí desde el templo una gran voz que decía a los siete ángeles:
Id y derramad
sobre la tierra las siete copas de la ira de Dios. Y fue el primero, y derramó su copa sobre la
tierra; y vino una úlcera maligna y repugnante sobre los hombres que tenían la
marca de la bestia y sobre los que adoraban su imagen.
Y
el segundo ángel derramó su copa sobre el mar, y éste se convirtió en sangre
como de muerto; y murió toda alma viviente que había en el mar.
Y
el tercer ángel derramó su copa sobre los ríos y sobre las fuentes de las
aguas, y se convirtieron en sangre.
Y
oí al ángel de las aguas, que decía: Justo
eres tú, oh Señor, el que eres y el que eras, el
Santo, porque has juzgado estas cosas. Por cuanto ellos derramaron la sangre de
los santos y de los profetas, también tú les has dado a beber sangre, pues lo
merecen.
También
oí a otro que desde el altar decía: Ciertamente, Señor Dios Todopoderoso, tus
juicios son verdaderos y justos.
Y
el cuarto ángel derramó su copa sobre el sol, y le fue dado quemar a los
hombres con fuego. Y los hombres fueron quemados con el gran calor, y blasfemaron
el nombre de Dios, que tiene poder sobre estas plagas, y no se arrepintieron
para darle gloria.
Y
el quinto ángel derramó su copa sobre el trono de la bestia, y su reino se
volvió tenebroso,
y la gente se mordía la lengua de dolor; y blasfemaron contra el Dios del cielo
por sus dolores y por sus úlceras, y no
se arrepintieron de sus obras.
Y
el sexto ángel derramó su copa sobre el gran río Éufrates; y el agua de éste se
secó, a fin de que fuese preparado el camino para los reyes del Oriente.
Y
vi salir de la boca del dragón, y de la boca de la bestia y de la boca del falso
profeta, tres espíritus inmundos semejantes a ranas; porque son espíritus
de demonios,
que hacen señales, y van a los reyes de la tierra y de todo el mundo, para
congregarlos para la batalla
de aquel gran día del Dios Todopoderoso.
He
aquí, yo vengo como ladrón.
Bienaventurado el que vela y cuida sus vestiduras, para que no ande desnudo y
vean su vergüenza. Y los congregó en el lugar que en hebreo se llama Armagedón.
Y
el séptimo ángel derramó su copa por el aire; y salió una gran voz del templo
del cielo, desde el trono, diciendo: ¡ Hecho
está! Entonces hubo relámpagos, y voces y truenos; y hubo un gran temblor de
tierra, un terremoto
tan grande, cual no lo hubo jamás desde que los hombres han estado sobre la
tierra. Y la gran ciudad fue dividida en tres partes, y las ciudades de las
naciones cayeron; y la gran Babilonia
vino en memoria delante de Dios, para darle el cáliz del vino del furor de
su ira.
Y toda isla huyó, y los amontes
no fueron hallados. Y cayeron del cielo sobre los hombres enormes granizos
como del peso de un talento;
y los hombres blasfemaron contra Dios por la plaga del granizo, porque su plaga
fue sumamente grande.
Apocalipsis
16
Y ahora bien, amados
hermanos míos, todos los que sois de la casa de Israel, y todos vosotros, ¡oh
extremos de la tierra!, os hablo como la voz de uno que clama desde el polvo:
Adiós, hasta que venga ese gran día.
Y vosotros, los que no
queréis participar de la bondad de Dios, ni respetar las palabras de los
judíos, ni mis palabras, ni las palabras que saldrán de la boca del Cordero de
Dios, he aquí, me despido de vosotros para siempre, porque estas palabras os
condenarán en el postrer día. Pues lo que sello en la tierra será presentado contra
vosotros ante el tribunal del juicio; porque así me lo ha mandado el Señor, y
yo debo obedecer. Amén.
(Libro de Mormón | 2 Nefi 33:13 - 15)
Os he hablado como uno que
tiene autoridad delante de Dios. Os he hablado la voluntad del que me envió
para persuadiros al arrepentimiento. Es poco lo que nosotros podemos hacer por
nuestro cuerpo físico en base a las cosas espantosas y atormentadoras que se
avecinan sobre todos los inicuos. Y es menester que todos nos arrepintamos para
que no descendamos a la tumba en dolor y angustia. Pero podemos hacer algo por
nuestra alma antes de que el arrepentimiento y la compasión sean escondidos de los
ojos y de la faz de Dios en el día que se disponga a derramar su ira sin medida
sobre todos los habitantes de la tierra según las palabras de Oseas. Porque cuando ese dia llegue pese a los
lamentos y alaridos, ya no podremos ofrecerle un sincero arrepentimiento salvo
que sea la aflicción y el lamento de los condenados como en los días de los
profetas Mormón y Moroni cuando el Señor ya no les permitió el mas mínimo grado
de felicidad o placer en el pecado y quienes fueron repentinamente destruidos.
De
manos del Seol
los rescatare, de la muerte los
redimire. Oh muerte, yo seré tus plagas!
oh Seol, yo seré tu destrucción? La compasión se
esconderá de mis ojos.
Coparese
con Oseas 13:14
Y sucedió que cuando yo,
Mormón, vi sus lamentos, y sus quejidos, y su pesar delante del Señor, mi
corazón empezó a regocijarse dentro de mí, conociendo las misericordias y la
longanimidad del Señor, suponiendo, por tanto, que él sería misericordioso con
ellos para que se tornaran de nuevo en un pueblo justo. Pero he aquí, fue en
vano este gozo mío, porque su aflicción no era para arrepentimiento, por motivo
de la bondad de Dios, sino que era más bien el pesar de los condenados, porque
el Señor no siempre iba a permitirles que hallasen felicidad en el pecado. Y no
venían a Jesús con corazones quebrantados y espíritus contritos, antes bien,
maldecían a Dios, y deseaban morir. No obstante, luchaban con la espada por sus
vidas.
(Libro de Mormón | Mormón 2:12 - 14)
Pero mis hermanos y
hermanas, que no os sucedan estas cosas y para esto se nos dieron estas
escrituras para que nos arrepintiéramos y no llegáramos al punto de no retorno.
Recordad también las palabras del Señor que ya están escritas para nosotros en
nuestro propio día y que no me canso de exponer y declarar: Porque así mismo dice
el Señor:
porque si yo, que soy
hombre, alzo mi voz y os llamo al arrepentimiento, y me
aborrecéis, ¿qué diréis cuando venga el día en que los truenos hagan oír
sus voces desde los extremos de la tierra, hablando a los oídos de todos los
vivientes, diciendo:
Arrepentíos y preparaos
para el gran día del Señor? Sí, ¿y cuando los relámpagos resplandezcan desde el
este hasta el oeste, y llegue el clamor de sus voces a todos los vivientes,
haciendo zumbar los oídos de todos los que oigan, diciendo:
Arrepentíos, porque el gran
día del Señor ha llegado? Y además, el Señor emitirá su voz desde los cielos,
diciendo:
¡Escuchad, oh
naciones de la tierra, y oíd las palabras del Dios que os hizo! ¡Oh vosotras,
naciones de la tierra, cuántas veces os hubiera juntado como la gallina junta a
sus polluelos debajo de sus alas, mas no quisisteis. ¡Cuántas veces os he
llamado por boca de mis siervos y por la ministración de ángeles, y por mi
propia voz y por la de los truenos y la de los relámpagos y la de las
tempestades; y por la voz de terremotos y de fuertes granizadas, y la de
hambres y pestilencias de todas clases; y por el gran sonido de una trompeta, y
por la voz del juicio y de la misericordia todo el día; y por la voz de gloria
y de honra y la de las riquezas de la vida eterna, y os hubiera salvado con una
salvación sempiterna, mas no quisisteis!
He aquí, ha llegado el día en que la copa de
la ira de mi indignación está llena. He aquí, en verdad os digo, que éstas son
las palabras del Señor vuestro Dios.
(Doctrina y Convenios | Sección 43:21 - 27)
Este es el mensaje de
misericordia que tengo para vosotros este día si es que me queréis escuchar. Y hay muchísimas mas palabras de sonde vienen
estas cosas porque las palabras de Dios son eternas como el y no tienen fin.
Tampoco puedo yo o algún otro hombre comisionado este poder suponer que podemos
decir lo suficiente en cuando a Dios y su obra. Y sabemos que Dios esta con algunos
de nosotros hasta el fin. Porque así esta escrito y la revelación de Dios no
cesa ni de día ni de noche.
Y tu hermano Oliver
continuará anunciando mi nombre al mundo y también a la iglesia. Y no ha de suponer que puede decir lo suficiente en cuanto
a mi causa; y he aquí, estoy con él hasta el fin.
(Doctrina y Convenios | Sección 24:10)
Por eso algunos de nosotros,
y que pena que solo hay unos pocos, trabajamos diligentemente de día y de noche
para limpiar nuestros vestidos de la sangre y los pecados de esta generación
perversa y porfiada. Porque si cesáramos de trabajar, no seriamos encontrados
sin mancha ante Dios en el ultimo y postrer día. En ocasiones queremos tirar la toalla pero el
Espiritu de Dios nos fortalece para perseverar. Porque nosotros trabajamos diligentemente para
escribir, a fin de persuadir a nuestros hijos, as como a nuestros hermanos a
creer y a venir a Cristo y a reconciliarse con Dios. Pues sabemos que es por la gracia y su
infinita misericordia que somos salvos, pero solo después de hacer cuanto
podamos. Así lo dijo el profeta Nefi,
sus hermanos Jacob y Nefi; y el profeta Mormón a su hijo Moroni
respectivamente.
Porque nosotros trabajamos
diligentemente para escribir, a fin de persuadir a nuestros hijos, así como a
nuestros hermanos, a creer en Cristo y a reconciliarse con Dios; pues sabemos
que es por la gracia por la que nos salvamos, después de hacer cuanto podamos;
(Libro de Mormón
| 2 Nefi 25:23)
Y magnificamos nuestro
oficio ante el Señor, tomando sobre nosotros la responsabilidad, trayendo sobre
nuestra propia cabeza los pecados del pueblo si no le enseñábamos la palabra de
Dios con toda diligencia; para que, trabajando con todas nuestras fuerzas, su
sangre no manchara nuestros vestidos; de otro modo, su sangre caería sobre
nuestros vestidos, y no seríamos hallados sin mancha en el postrer día.
(Libro de Mormón | Jacob 1:19)
Y cuán benditos los que
hayan trabajado diligentemente en su viña! ¡Y cuán malditos los que sean
echados a su propio lugar! Y el mundo será
quemado con fuego. ¡Y cuán misericordioso es nuestro Dios para con
nosotros!, porque él se acuerda de la casa de Israel, de las raíces así como de
las ramas; y les extiende sus manos todo el día; y son una gente obstinada y
contenciosa; pero cuantos no endurezcan sus corazones serán salvos en el reino
de Dios.
(Libro de Mormón | Jacob 6:3 - 4)
Por tanto, amados hermanos
míos, os suplico con palabras solemnes que os arrepintáis y vengáis con íntegro
propósito de corazón, y os alleguéis a Dios como él se allega a vosotros. Y
mientras su brazo de misericordia se extienda hacia vosotros a la luz del día,
no endurezcáis vuestros corazones.
Sí, hoy mismo, si queréis
oír su voz, no endurezcáis vuestros corazones; pues, ¿por qué queréis morir? Porque
he aquí, después de haber sido nutridos por la buena palabra de Dios todo el
día, ¿produciréis mal fruto, para que seáis talados y echados en el fuego?
He aquí, ¿rechazaréis estas
palabras? ¿Rechazaréis las palabras de los profetas; y rechazaréis todas las
palabras que se han hablado en cuanto a Cristo, después que tantos han hablado
acerca de él? ¿y negaréis la buena palabra de Cristo y el poder de Dios y el
don del Espíritu Santo, y apagaréis el Santo Espíritu, y haréis irrisión del
gran plan de redención que se ha dispuesto para vosotros? ¿No sabéis que si
hacéis estas cosas, el poder de la redención y de la resurrección que está en
Cristo os llevará a presentaros con vergüenza y con terrible culpa ante el
tribunal de Dios?
Y según el poder de la
justicia, porque la justicia no puede ser negada, tendréis que ir a aquel lago
de fuego y azufre, cuyas llamas son inextinguibles y cuyo humo asciende para
siempre jamás; y este lago de fuego y azufre es tormento sin fin.
¡Oh amados hermanos míos, arrepentíos, pues, y
entrad por la puerta estrecha, y continuad en el camino que es angosto, hasta
que obtengáis la vida eterna!
¡Oh, sed prudentes! ¿Qué
más puedo decir?
Por último, me despido de
vosotros, hasta que os vuelva a ver ante el placentero tribunal de Dios,
tribunal que hiere al malvado con terrible espanto y miedo. Amén.
(Libro de Mormón | Jacob 6:5 - 13)
Y cuando los sacerdotes
dejaban su trabajo para impartir la palabra de Dios a los del pueblo, éstos
también dejaban sus labores para oír la palabra de Dios. Y después que el
sacerdote les había impartido la palabra de Dios, todos volvían diligentemente
a sus labores; y el sacerdote no se consideraba mejor que sus oyentes, porque
el predicador no era de más estima que el oyente, ni el maestro era mejor que
el discípulo; y así todos eran iguales y todos trabajaban, todo hombre según su
fuerza.
(Libro de Mormón
| Alma 1:26)
Y ahora bien, mi querido
hijo, pese a su dureza, trabajemos diligentemente; porque si dejamos de obrar,
incurriremos en la condenación. Porque tenemos una obra que debemos efectuar
mientras estemos en este tabernáculo de barro, a fin de vencer al enemigo de
toda rectitud, y dar reposo a nuestras almas en el reino de Dios.
(Libro de Mormón | Moroni 9:6)
Como podréis haber leído en
las palabras de los profetas que he citado, maravillosa es la verdad, justicia,
misericordia y longanimidad de Dios. Por
eso, así el Señor nos quite o nos añada,
trabajamos en este ministerio y hacemos todo cuando podemos de acuerdo al Don
de Dios u nuestras habilidades según nuestra ciencia y conocimiento preparando
el camino delante del Señor, enderezando sus sendas. Porque el Señor Dios vendrá
súbitamente a su templo, y os hablara en poco, mas o menos dos semanas por
medio de sus siervos los profetas en la
conferencia general 184 de la iglesia de Jesucristo de Los Santos de Los
Últimos Días a realizarse entre el 5 y 6 de octubre próximo. Os invito amados hermanos, y principalmente a
vosotros que no sois de la Iglesia de Cristo, en fin a todos los hombre se buena voluntad a escuchar las
palabras de un profeta como moisés que nos hablara con sus compañeros a todos
los extremos de la tierra. Y los incrédulos y los rebeldes, o quienes no
quieran escuchar las aguas calmadas según Dios la da a sus apóstoles y profetas
modernos, tendrán que escucharme a mi o a los sermones del cielo con severidad
y rigor como un Juez sin remordimiento o sin escrúpulos.
Pero a la verdad yo os
hablo como Juan el bautista, llorando y conmovido, entonado canción de duelo, recordándoos
constantemente la muerte, la destrucción y la paga del pecado, para haceros reflexionar
y acordaros de Dios y mantener la gente en su temor como alguien que los
amenaza para que el diablo nos os prenda y os conduzca con sus cadenas súbitamente
al infierno. Cuando canto mi canción de duelo no os
lamentasteis. Porque la gente es obstinada y dura de entendimiento porque no
quieren cumplir los mandamientos de Dios. Y de esta manera es como escribo acerca de
ellos.
Y hubo muchísimos profetas
entre nosotros; y la gente era obstinada y dura de entendimiento. Y no había
nada, salvo un extremado rigor, predicación y profecías de guerras y contiendas
y destrucciones, y recordándoles continuamente la muerte, y la duración de la
eternidad, y los juicios y poder de Dios, y todas estas cosas, agitándolos
constantemente para mantenerlos en el temor del Señor. Y digo que nada, salvo
estas cosas y mucha claridad en el habla, podría evitar que se precipitaran
rápidamente a la destrucción. Y de esta manera es como escribo acerca de ellos.
(Libro de Mormón | Enós 1:22 - 23)
Ellos, los profetas de la
iglesia hablan pacífica y placidamente con aguas calmadas como Cristo, o con
voz de flauta y melodía pero pese al cambio de estrategia y la dulzura y sencillez
de sus palabras muchos no bailan cuando ellos tocan o cantan su glorias canción
de melodía. Y como no lo escuchan, el
les envía las aguas recias para que les llegue hasta la garganta y se confundan
y se ahoguen. Porque así compara Dios a
esta generación diciendo:
Semejantes
son a los muchachos que se sientan en la plaza y se dan voces los unos a los
otros, y dicen: Os tocamos la flauta, y no bailasteis; os entonamos canciones
de duelo, y no llorasteis.
Pero,
¿a qué compararé esta generación? Es semejante a los muchachos que se
sientan en las plazas y dan voces a sus compañeros
Porque he venido vosotros como con la potestad de Juan el Bautista o en
el espiritu de Elias, que no comió pan ni bebió vino, y de mi decís Demonio
tiene. De igual manera, como lo
manifiestan las escrituras tocante a Jesucristo, ah venido a vosotros el Hijo
del Hombre, que come y bebe y decís:
“He aquí un hombre comilón
y bebedor de vino, amigo de publicanos y de pecadores. Mas la sabiduría es justificada por todos sus
hijos.”
Lucas 7:33
Entonces comenzó a
reprender a las ciudades
en las cuales había hecho muchos de sus milagros, porque no se habían
arrepentido, diciendo: ¡Ay de ti, Corazín! ¡Ay
de ti, Betsaida! Porque si en Tiro y en Sidón se hubieran hecho los milagros
que han sido hechos en vosotras, ya hace tiempo que se habrían arrepentido
en cilicio y en ceniza. Por tanto os digo que en el día del juicio será más tolerable el castigo
para Tiro y para Sidón que para vosotras.
Y tú, Capernaúm, que eres levantada
hasta el cielo, hasta el Hades
serás abatida, porque si en Sodoma se hubieran hecho las maravillas que se han
hecho en ti, habría permanecido hasta el día de hoy. Por tanto os digo que en
el día del juicio será más tolerable el castigo
para la tierra de Sodoma
que para ti.
En aquel tiempo, respondiendo Jesús, dijo: Te alabo,
Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has escondido
estas cosas de los sabios y de los entendidos, y las has revelado a
los niños. Sí, Padre, porque así te agradó.
Todas las cosas me
son entregadas por mi Padre; y nadie conoce al Hijo, sino el Padre; ni nadie
conoce al Padre, sino el Hijo, y aquel a
quien el Hijo se lo quiera revelar.
Venid a
mí todos los que estáis trabajados y cargados,
y yo os haré descansar. Llevad
mi ayugo
sobre vosotros y aprended
de mí, que soy manso y humilde de corazón, y hallaréis descanso
para vuestras almas. Porque mi yugo es fácil y
ligera mi carga.
Mateo 11: 20-30
He aquí, el
Señor tiene uno que es fuerte y poderoso, y que como una tormenta de granizo y
como una tempestad arrasadora, como ímpetu de recias
aguas que inundan, derriba a tierra con la mano.
Asi que, no me queda mas remedio que atar la
ley y sellar el testimonio entre los discípulos de Dios porque así Dios me lo
ha mandado. Porque el Señor que esconde su cara de Jacob de este modo me hablo,
con mano fuerte y me instruyo que no anduviera por los caminos de este pueblo
diciendo:
Por
cuanto este pueblo desecha las aguas de Siloé, que corren plácidamente, y se
huelga con Rezín y el hijo de Remalías; el Señor, pues, hará subir sobre ellos
las aguas del río, fuertes y muchas, es decir, al rey de Asiria y toda su
gloria; y subirá sobre todos sus arroyos y pasará sobre todas sus riberas. Y fluirá
por Judá; se desbordará e inundará; y llegará hasta la garganta; y la extensión
de sus alas llenará la anchura de tu tierra, ¡oh Emanuel!
¡Reuníos, oh pueblos, y seréis quebrantados!
¡Escuchad, todos vosotros los de países lejanos; ceñíos, y seréis quebrantados;
apercibíos, y seréis quebrantados!
Reuníos en consejo, y será anulado;
hablad palabra, y no permanecerá; porque Dios está con nosotros. Porque el
Señor de este modo me habló con mano fuerte, y me instruyó que no anduviese por
el camino de este pueblo, diciendo:
No llaméis conspiración a todo lo que
este pueblo llama conspiración; ni temáis lo que ellos temen, ni tengáis miedo.
Al Señor de los Ejércitos santificad;
y sea él vuestro temor, y sea él vuestro miedo. Y él será por santuario; pero
por tropezadero y piedra de tropiezo a las dos casas de Israel; por
trampa y lazo a los habitantes de Jerusalén. Y muchos de ellos tropezarán y
caerán; y serán quebrantados, entrampados y apresados.
Ata el testimonio; sella la
ley entre mis discípulos.
Y yo esperaré al Señor, el cual
oculta su cara de la casa de Jacob, y en él confiaré. He aquí, yo y los hijos
que el Señor me ha dado somos a Israel
por señales y presagios de parte del Señor de los Ejércitos, que habita en el
monte de Sión.
Y cuando os dijeren: Preguntad a los
evocadores, y a los adivinos que atisban y hablan entre dientes: ¿No debe un
pueblo consultar a su Dios para que los vivos oigan de los muertos?
¡A la ley y al testimonio! Y si no
hablaren conforme a esta palabra, es porque no hay luz en ellos.
Y pasarán por la tierra, duramente
acosados y hambrientos; y acontecerá que cuando tengan hambre, se enojarán y
maldecirán a su rey y a su Dios, y alzarán la vista hacia arriba. Y mirarán
hacia la tierra, y contemplarán tribulación y tinieblas, obscuridad de
angustia; y serán expulsados a las tinieblas.
(Libro de Mormón
| 2 Nefi 18:6 - 22)
Por lo tanto el que lea
entienda. Yo miguel declaro y registro estas cosas ante Dios, Anglés y estos
testigos con suma humildad y solemnidad de una manea peculiar para la bendición
y felicidad de los que quieran escuchar y el sufrimiento de los que no quieran
escuchar. Y lo hago como uno que tiene
autoridad de lo alto, con la única mira de glorificar a Dios en el sagrado
nombre de Jesucristo, amen.
Atentamente un indigno
siervo en las manos de Cristo
Miguel Ángel Tinoco
Rodríguez