Sión y Jerusalén, Julio 9 del 2013 1:05 AM
He aquí lo que dicen las Escrituras: El hombre no herirá ni tampoco juzgará; porque el juicio es mío, dice el Señor, y la venganza es mía también, y yo pagaré.
(Libro de Mormón | Mormón 8:20)
Mi queridísima hermanita, Claudia Nohelia Tinoco Coreas,
Es menester que importunes a los líderes seculares y religiosos que Dios a puesto sobre ti. Si, importúnalos desde este mismo momento así como me has importunado a mí a altas horas de la noche. Si tu marido te ha amenazado de muerte como me contaste justo antes de la media noche, y le dices esto prontamente a las autoridades correspondientes y ellos no te hacen justicia trae estos testimonios ante el Señor en ferviente oración y veras como el te venga de tus enemigos y desautoriza; y disciplina o castiga y corta prontamente a todos los lideres que ha puesto sobre ti ya fueran reculares o religiosos. Yo lo he comprobado y rete comprobado en los hechos de mi vida. Pero tienes que hacer tus instancias correspondientes o EL Señor no podrá actuar a tu favor.
RECUERDA LAS INSTANCIAS. Esto quiere decir que debes importunar primero al Juez de Israel o el obispo, si el no te hace caso, importuna al gobernador o sumo sacerdote presidente que es el presidente de Estaca, y si el no te hace caso, importuna a las autoridades generales de la Iglesia, si al mismo profeta de Dios. Y si el no te hace justicia, ven al Señor con esos testimonios de que no te hicieron justicia o caso y quéjate con el y dile lo que has hecho que has hablado e importunado o le has escrito a tus autoridades correspondientes.
Y así como lo haces con los de la iglesia, lo debes hacer con las autoridades seculares competentes cuando la ocasión lo amerite como la policía y el Juez, y si ellos no te hacen justicia, escríbele y/o llámale al gobernador, y si el o ella no te hace caso, escríbele al presidente de la nación. Todos ellos tienen emails o websites donde uno les puedes escribir. Y no te preocupes si te hacen caso o no o si leen tus quejas o no. Hay un Dios en el cielo que si hace justicia. Hay de ellos si no te hacen justicia. Ora para que quizás te escuchen como yo lo estoy haciendo ahora, pero no te afanes ni te agites ni te turbes, ni protestes si ninguno de ellos mueven un dedo a tu favor. Lugo ven a Dios en el nombre de Cristo con todos esos testimonios en ferviente oración y veraz como el Señor sale prontamente de su escondite y en su ardiente indignación castigara a la nación completa; si a toda la nación como hasta entonces se ha verificado, y esto será para tu beneficio individual y familiar. Y lo que el Señor le dice a uno se lo dice a todos. Porque escrito esta:
Ahora mismo ya hay almacenado lo suficiente, sí, en abundancia, para redimir a Sión y poblar sus yermos, para nunca más ser derribada, si las iglesias que llevan mi nombre estuvieran dispuestas a oír mi voz.
Y además, os digo que es mi voluntad que aquellos que han sido dispersados por sus enemigos sigan insistiendo para obtener indemnización y redención, por medio de los que os gobiernan y tienen potestad sobre vosotros, de acuerdo con las leyes y la constitución del pueblo que yo he permitido que se establecieran, y que deben preservarse para los derechos y la protección de toda carne, conforme a principios justos y santos; para que todo hombre obre en doctrina y principio pertenecientes a lo futuro, de acuerdo con el albedrío moral que yo le he dado, para que todo hombre responda por sus propios pecados en el día del juicio. Por tanto, no es justo que un hombre sea esclavo de otro. Y para este fin he establecido la Constitución de este país, por mano de hombres sabios que levanté para este propósito mismo, y redimí la tierra por el derramamiento de sangre.
Ahora, ¿a qué compararé a los hijos de Sión? Los compararé a la parábola de la mujer y el juez injusto —porque los hombres deben orar siempre y no desmayar—, la cual dice:
Había en una ciudad un juez que ni temía a Dios ni respetaba a hombre. Había también en aquella ciudad una viuda, y vino a él, diciendo: Hazme justicia de mi adversario. Y no lo quiso hacer por algún tiempo; pero después dijo dentro de sí: Aunque ni temo a Dios ni respeto a hombre; sin embargo, porque esta viuda me molesta, le haré justicia, no sea que viniendo continuamente me fastidie.
Así compararé a los hijos de Sión.
Insistan a los pies del juez;
y si éste no les hace caso, insistan a los pies del gobernador;
y si el gobernador no les hace caso, insistan a los pies del presidente;
y si el presidente no les hace caso, entonces el Señor se levantará y saldrá de su morada oculta, y en su furor afligirá a la nación; y en su ardiente indignación y furiosa ira talará, en su tiempo, a los inicuos, infieles e injustos mayordomos, y les señalará su porción entre los hipócritas y los incrédulos; sí, en las tinieblas de afuera, donde es el lloro, el llanto y el crujir de dientes.
Orad, pues, para que lleguen hasta sus oídos vuestras lamentaciones, a fin de que yo tenga misericordia de ellos para que no les sobrevengan estas cosas. Lo que os he dicho tiene que verificarse, para que todos los hombres queden sin excusa; para que los hombres sabios y los gobernantes oigan y sepan aquello que jamás han considerado; para que yo proceda a llevar a efecto mi acto, mi acto extraño, y a realizar mi obra, mi obra extraña, a fin de que los hombres disciernan a los justos de los malos, dice vuestro Dios.
(Doctrina y Convenios | Sección 101:75 - 95)
Mía es la venganza, y yo pagaré; y porque este pueblo no se arrepintió después que lo hube librado, he aquí, será destruido de sobre la faz de la tierra.
Y sucedió que terminantemente me negué a marchar contra mis enemigos, e hice lo que el Señor me había mandado; y fui testigo pasivo para manifestar al mundo las cosas que yo vi y oí, según las manifestaciones del Espíritu que había dado testimonio de cosas venideras.
Por tanto, os escribo a vosotros, gentiles, y también a vosotros, casa de Israel, que cuando comience la obra, os halléis a punto de prepararos para volver a la tierra de vuestra herencia; sí, he aquí, escribo a todos los extremos de la tierra; sí, a vosotras, doce tribus de Israel, que seréis juzgadas según vuestras obras por los doce que Jesús escogió en la tierra de Jerusalén para que fuesen sus discípulos.
Y escribo también al resto de este pueblo, que igualmente será juzgado por los doce que Jesús escogió en esta tierra; y éstos serán juzgados por los otros doce que Jesús escogió en la tierra de Jerusalén. Y el Espíritu me manifiesta estas cosas; por lo tanto, os escribo a todos vosotros. Y por esta razón os escribo, para que sepáis que todos tendréis que comparecer ante el tribunal de Cristo, sí, toda alma que pertenece a toda la familia humana de Adán; y debéis presentaros para ser juzgados por vuestras obras, ya sean buenas o malas; y también para que creáis en el evangelio de Jesucristo que tendréis entre vosotros; y también para que los judíos, el pueblo del convenio del Señor, tengan otro testamento, aparte de aquel a quien vieron y oyeron, de que Jesús, a quien mataron, era el verdadero Cristo y el verdadero Dios.
Y si tan sólo pudiera persuadiros a todos vosotros, extremos de la tierra, a que os arrepintieseis y os preparaseis para comparecer ante el tribunal de Cristo.
(Libro de Mormón | Mormón 3:15 - 22)
Ahora ya te ha dado Dios a ti y a todos los que quieran oír la manera de proceder para obtener justicia.
Puedes enseñarles esta carta a ellos y si quieres tradúcela al ingles para que sepan lo que les espera a todos ellos sino te hacen justicia por los agravios que sufres al lado de tu marido y otros que te han defraudado como los del restaurante donde trabajaste que no te pagaron lo que prometieron. Y así puedes actuar con cualquier injusticia tanto secular como religiosa porque Dios no hace acepción de personas y el ha puesto esos lideres para que nos ayuden en estas vicisitudes, injusticias u opresiones. NO tienes que esperar mucho, puedes escribirles a todos de una vez si quieres y esperar un tiempo razonable para que importunes al Señor porque si no te hacen caso el desea que lo importunes.
Te amo mucho hermanita.
Atentamente te ha escrito un indigno siervo que obra por la inspiración de Jesucristo y que habla como uno que tiene autoridad en su santo nombre, si, aun en el nombre de Jesucristo, Amen.
Miguel Ángel Tinoco Rodríguez.
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