Wednesday, January 11, 2012

UNA obra grande y maravillosa está a punto de aparecer entre los hijos de los hombres

Sion, 11 de Enero 2012

UNA obra grande y maravillosa está a punto de aparecer entre los hijos de los hombres. He aquí, yo soy Dios; escuchad mi palabra que es viva y poderosa, más cortante que una espada de dos filos, que penetra hasta partir las coyunturas y los tuétanos; por consiguiente, prestad atención a mis palabras.

(Doctrina y Convenios | Sección 6:1 - 2)

Por cuanto este pueblo se me acerca con su boca, y con sus labios me honra, mas su corazón ha alejado de mí, y su temor para conmigo les es inculcado por los preceptos de los hombres, procederé yo, por tanto, a ejecutar una obra maravillosa entre este pueblo; sí, una obra maravillosa y un prodigio; porque la sabiduría de sus sabios e instruidos perecerá, y el entendimiento de sus prudentes será escondido.

(Libro de Mormón | 2 Nefi 27:25 - 26) Compare con Isaias 14:29


E aquí, ese día del cual ha hablado el Señor por boca de sus santos profetas ha llegado; por lo tanto, escuchad: Porque esta es la voz como de uno enviado de alto, que es fuerte y poderoso, quien va hasta los confines de la tierra y cuya voz se dirige a todos los hombres clamando y proclamando el arrepentimiento en el desierto diciendo:

Arrepentíos, arrepentíos todos vosotros, extremos de la tierra porque el reino de los cielos se ha acercado. Arrepentíos, arrepentíos y preparad el camino del Señor y enderezad su senda, porque EL lo ha dicho. El hacha ya está puesta a la raíz de todos los árboles y todo árbol que no produzca buen fruto digno de arremetimiento será talado y echado en el fuego no dejándole ni raíz ni rama y de donde ningún viajero regresa. Arrepentíos porque a menos que os arrepintáis no podréis heredar el reino de los cielos. Porque ninguna cosa impura puede morar en la presencia de Dios. Por cuanto el manda a todos los hombres que ejerzan la fe en el Señor Jesucristo para arrepentimiento y que lo demuestren con obras; si,  ofreciéndole un sacrifico en justicia aceptable para él; si, el de una alma compungida o un corazón quebrantado y un espíritu contrito.

Y también mostrándole humildad y obediencia viniendo a las aguas del bautismo por inmersión para la remisión de los pecados. Y esto es para seáis limpios de la sangre y de los pecados de esta generación y para que recibáis el don del espíritu santo por la imposición de manos de aquellos que han sido debidamente llamados, apartados y ordenados para esta muy sagrada potestad. Y solo de esta manera podréis nacer de nuevo en el reino de los cielos. Estas no son mis palabras, sino las palabras del Señor Jesucristo en estos últimos días mediante el poder del espíritu santo y está escrito en las santas escrituras tanto en el cielo como en la tierra; y cuyas letras se dirigen a todos los hijos de los hombres y que nos dicen:

Y ahora os digo que éste es el orden según el cual soy llamado, sí, para predicar a mis amados hermanos, sí, y a todo el que mora sobre la tierra; sí, a predicar a todos, ora ancianos o jóvenes, ora esclavos o libres; sí, os digo, a los de edad avanzada y también a los de edad mediana y a la nueva generación; sí, para declararles que deben arrepentirse y nacer de nuevo.

Sí, el Espíritu así dice: Arrepentíos todos vosotros, extremos de la tierra, porque el reino de los cielos está cerca; sí, el Hijo de Dios viene en su gloria, en su fuerza, majestad, poder y dominio. Sí, amados hermanos míos, os digo que el Espíritu dice: He aquí la gloria del Rey de toda la tierra; y también el Rey del cielo brillará muy pronto entre todos los hijos de los hombres.

Y me dice también el Espíritu, sí, me clama con voz potente, diciendo: Ve y di a los de este pueblo: Arrepentíos, porque a menos que os arrepintáis, de ningún modo podréis heredar el reino de los cielos. Y además, os digo que el Espíritu declara: He aquí, el hacha está puesta a la raíz del árbol; por lo tanto, todo árbol que no produzca buen fruto, será talado y echado al fuego; sí, un fuego que no puede ser consumido, un fuego inextinguible. He aquí, y tened presente, el Santo lo ha dicho.

(Libro de Mormón | Alma 5:49 - 52)

He aquí, lo que oís es como la voz de uno que clama en el desierto —en el desierto, porque no lo podéis ver— mi voz, porque mi voz es Espíritu; mi Espíritu es verdad; la verdad perdura y no tiene fin; y si está en vosotros, abundará.

(Doctrina y Convenios | Sección 88:66)

El hacha está puesta a la raíz de los árboles; y todo árbol que no dé buen fruto será cortado y echado en el fuego. Yo, el Señor, lo he declarado.

(Doctrina y Convenios | Sección 97:7)


Como podéis ver antes vuestros propios ojos, una cosa extraña y maravillosa y un prodigio ha acontecido en el mundo!!! Porque desde que los apóstoles originales de Jesucristo  durmieron o fueron asesinados por esa generación malvada y perversa; si, y desde ese entonces la tierra ha estado envuelta con un velo grueso de tinieblas; y densa oscuridad ha ennegrecido en las mentes de las personas. Y desde entonces hasta los  días de la restauración o de esta, la dispensación del cumplimiento de los tiempos, cuando el velo de oscuridad se rasgo por la fe de un noble joven, nuevamente Dios se manifestó al hombre. Sí, porque desde que murieron los apóstoles originales de Jesucristo, los cielos han estado cerrados como el bronce. Esto es a lo cual se le denomino de antemano como la era de oscurantismo o la gran apostasía como los apóstoles y profetas lo habían anunciado por el espíritu de profecía y de revelación que estaba en ellos. Y no miento porque esto está en las escrituras que nos dicen así:
He aquí que Jehová  vacía la tierra, y la devasta, y trastorna su faz y dispersa a sus moradores. Y sucederá así como al pueblo, también al sacerdote; como al siervo, así a su amo; como a la criada, así a su ama; como al que compra, al que vende; como al que presta, al que toma prestado; como al acreedor, así también al deudor. La tierra será totalmente vaciada y enteramente saqueada, porque Jehová ha pronunciado esta palabra. La tierra se lamentó, se marchitó; languideció, se marchitó el mundo; languidecieron los pueblos altivos de la tierra. Y la tierra se contaminó bajo sus moradores, porque traspasaron las leyes, cambiaron la ordenanza, quebrantaron el convenio sempiterno.
(Antiguo Testamento / Isaías 24:1- 5)
Y concerniente a la venida de Cristo en Gloria escrito esta:
No os engañe nadie de ninguna manera, porque no vendrá sin que antes venga la apostasía, y se manifieste el hombre de pecado, el hijo de perdición, oponiéndose y levantándose contra todo lo que se llama Dios, o lo que se adora; tanto que se sienta en el templo de Dios como Dios, haciéndose pasar por Dios.
 ¿No os acordáis de que cuando yo estaba todavía con vosotros, os decía esto? Y ahora vosotros sabéis lo que impide que a su debido tiempo sea manifestado. Porque ya está actuando el misterio de la iniquidad; solamente espera hasta que sea quitado de en medio el que ahora lo impide; y entonces se manifestará aquel inicuo, al que el Señor matará con el espíritu de su boca y destruirá con el resplandor de su venida; a aquel inicuo, cuyo advenimiento es según la obra de Satanás, con todo poder, y señales, y prodigios mentirosos, y con todo engaño de iniquidad para los que perecen, por cuanto no recibieron el amor de la verdad para ser salvos.
 Por tanto, Dios les envía un poderoso engaño, para que crean en la mentira, a fin de que sean condenados todos los que no creyeron en la verdad, sino que se complacieron en la iniquidad.

(Nuevo Testamento 2 Tesalonicenses2:3-12)
Por lo tanto para dar fin a alucinaciones y opiniones que estaban en contradicción, la tierra de nuestra herencia en Sion, ha producido el fruto más dulce, y el reino de los cielos se ha acercado; si  el de la más perfecta unión y fraternidad; el que nos acerca más el reino de Dios y nos promete la verdadera felicidad. Porque ellos, si, los apóstoles y los profetas también hablaron de un momento de la restitución y/o de la restauración de todas las cosas, cuando el reino de los cielos sobre la tierra debería ser restaurado y las bendiciones de la eternidad, una vez más deberían estar disponible para todos los habitantes de la tierra. Ese día tan esperado ha llegado, y el velo oscuro de la tierra ha sido rasgado. Y los cielos están abiertos y Dios se ha manifestado; y nos ha hablado con su propia voz.  Y la palabras de Dios, viva y eficaz, mas cortante que una espada de dos filos, que nos hace temblar, y que hiende hasta los huesos y penetra hasta las coyunturas y hace marchitar nuestros huesos, ahora están disponibles para el hombre una vez más desde a principios de la década de 1820 hasta el día de hoy. Yo solo soy un vocero bufón que os lo manifiesto. No sólo eso, sino que ángeles descendieron y aun descienden del cielo. Y se han comisionado nuevos siervos del Dios altísimo omnipotente como en la antigüedad revestidos con poder de lo alto  para administrar el evangelio eterno a toda nación tribu lengua y pueblo junto  con las ordenanzas salvadoras tanto para vivos como para muertos.

Y estas son las buenas noticias que nosotros, los miembros de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días,  traemos al mundo. Sí, que el reino de Dios ha sido nuevamente restaurado y oficialmente establecido en la tierra por última vez. Y tenemos un rebaño y un pastor. Y el pastor es el Santo de Israel; si, Jesucristo. Y su redil es la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, donde se recogen sus gavillas en la era. Y esta iglesia está fundada sobre la roca de la revelación y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella.  Porque ha salido de la oscuridad, tan brillante como el sol, blanca y resplandeciente como la luna en todo su apogeo en una noche veraniega, y potente como un ejército muy disciplinado y con baluartes listos para la batalla.

Y yo, Miguel, un indigno e inútil servidos en las manos de Cristo, doy a conocer estas nuevas a vosotros que sois mis hermanos que sois de la casa de Israel. Y también lo profetizo hasta los confines de la tierra en el nombre del Rey de Reyes, y Señor de Señor, o de Jesús el Cristo, por el espíritu que hay en mí, que este reino no será dado a otro pueblo. Y también que esta iglesia es la roca de la cual se habla en la escritura que fue cortada de la montaña, no por mano o voluntad de hombre, sino de Dios. Y que esa roca hoy rueda desde la cabeza de los montes hasta que llene toda la tierra y rompan en pedazos todos los reinos perversos de este mundo o divida a todo lo que caiga sobre ella. Y que también esta roca muele hasta el polvo todo en sobre lo que cae.  Porque así los salmos y los evangelios en las Escrituras claramente lo ponen de manifiesto. Sí, que la piedra que desecharon los constructores es ahora la principal piedra angular. Y todo lo que cae sobre esta piedra será dividido; y donde cae esta piedra será molido ha polvo. Y las escrituras no me dejan mentir y esta es la ley  y el testimonio.

·         Daniel 2:34

Estabas mirando, hasta que una piedra fue cortada, no con mano, y golpeó a la imagen en sus pies de hierro y de barro cocido, y los desmenuzó.

·         Daniel 2:45

De la manera que viste que del monte fue cortada una piedra, no con mano, la cual despedazó el hierro, el bronce, el barro cocido, la plata y el oro; el gran Dios ha hecho saber al rey lo que ha de acontecer en lo por venir; y el sueño es verdadero, y fiel su interpretación.
La piedra que desecharon los edificadores ha venido a ser la cabeza del ángulo.
edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo,
Este Jesús es la piedra rechazada por vosotros los edificadores, la cual ha llegado a ser cabeza del ángulo.
¿Ni aun esta Escritura habéis leído: La piedra que desecharon los edificadores ha llegado a ser cabeza del ángulo;
Mas él, mirándolos, dijo: ¿Qué, pues, es lo que está escrito: La piedra que desecharon los edificadores, ésta ha llegado a ser cabeza del ángulo?
Él es, pues, honor a vosotros los que creéis; pero para los desobedientes, la piedra que los edificadores desecharon, ésta ha venido a ser la cabeza del ángulo,
Por lo cual también contiene la Escritura: He aquí, pongo en Sión la principal piedra del ángulo, escogida, preciosa; y el que crea en él, no será avergonzado.
Jesús les dijo: ¿Nunca leísteis en las Escrituras: La piedra que desecharon los edificadores ha llegado a ser cabeza del ángulo. El Señor ha hecho esto, y es cosa maravillosa a nuestros ojos?
Por tanto, os digo que el reino de Dios será quitado de vosotros y será dado a gente que produzca los frutos de él. Y el que caiga sobre esta piedra será quebrantado; y sobre quien ella caiga, lo desmenuzará.

Y esto es así, Porque como en la iglesia primitiva, hoy tenemos apóstoles y profetas  o testigos especiales de la divinidad de Jesucristo. Y ahora somos muchos más, de los cuales yo soy el más pequeño. Y los que dirigen esta iglesia desde la cabeza de los montes; así como muchos otros santos de los últimos días, en casi todo el mundo, están dotados, preparados e investidos con  poder de lo alto y con una gran comisión de predicar el gran evangelio eterno de Jesucristo por última vez. Si, antes de la gran quema; o antes de la venida del Señor en la gloria; o el día grande y terrible del Señor que se apresura según como lo dice el profeta Sofonías.

Y no sólo eso, mis amados hermanos, sino que el Espíritu Santo está disponible para todos los que se arrepienten y deseen cree en su nombre. Y  el que descienda a las profundidades de la humildad y sean bautizados por inmersión para la remisión de los pecados por manos de los que tienen la debida y particular autorización de Jesucristo. Esto es para que sus pecados sean lavados y sus almas purificadas y sean santificados por la recepción del don y el poder del Espíritu Santo o con el bautismo de fuego a fin de poder comparecer sin mancha ante la presencia Dios en el gran juicio del día postrero. Porque Jehová lo ha dicho y lo confirmó con un mandamiento que ya había dado antes diciendo:
Y éste es el mandamiento: Arrepentíos, todos vosotros, extremos de la tierra, y venid a mí y sed bautizados en mi nombre, para que seáis santificados por la recepción del Espíritu Santo, a fin de que en el postrer día os presentéis ante mí sin mancha. En verdad, en verdad os digo que éste es mi evangelio; y vosotros sabéis las cosas que debéis hacer en mi iglesia; pues las obras que me habéis visto hacer, ésas también las haréis; porque aquello que me habéis visto hacer, eso haréis vosotros. De modo que si hacéis estas cosas, benditos sois, porque seréis enaltecidos en el postrer día.

(Libro de Mormón | 3 Nefi 27:20 - 22)

Porque en efecto, Cristo vino al mundo y pagó por nuestros pecados en Getsemaní para darnos la vida eterna; y fue crucificado en el Gólgota para darnos la resurrección. Y así sujetar a todos los hombres y todas las cosas a él. Para que todos los que vengamos a él y nos arrepintamos podamos tener la inmortalidad y vida eterna. Pero él no ha venido a salvarnos en nuestros pecados, sino de nuestros pecados. Por lo tanto, El nos ha mandado, incluso desde el principio del mundo, con un firme decreto que durará hasta que la tierra se sostenga, lo todos los hombres y también las mujeres;  y los jóvenes; y los de la generación creciente que sean capaces de pecar se arrepientan.
En fin, que todos debemos arrepentirnos,  y venir a él para que la sangre de Cristo nos cure de las dos grandes barreras que nos excluyen de su presencia, que son el pecado y la muerte, tanto temporal y eterna las cuales han venido como resultado de la desobediencia y las tradiciones que no son correctas. Porque nada impuro puede morar en la presencia de Dios. Y a menos que los hombres estén limpios del pecado y de los efectos de la muerte que es veneno para el alma, inevitablemente deben heredar un lugar distinto de su presencia cuando salga de este mundo. Si, una prisión y infierno que ha sido preparado para todos los inicuos.

Y el Señor Dios llamó al hombre por el Espíritu Santo en todas partes; y desde el principio les ordenó como un firme decreto a todos los hijos de los hombres a que se arrepientan y vinieran a Cristo. Y todos los que creyeran en el Hijo de Dios, si en Jesucristo, y se arrepintieran de todos sus pecados, serán salvos.  Y todos los que no creyeran y no se arrepintieron serán condenados.  Y estas  palabras salieron de la boca de Dios como un firme decreto, por lo cual deben cumplirse. Porque así esta escrito:

Y Dios el Señor llamó a los hombres en todas partes, por el Espíritu Santo, y les mandó que se arrepintiesen; y cuantos creyeran en el Hijo, y se arrepintieran de sus pecados, serían salvos; y cuantos no creyeran ni se arrepintieran, serían condenados; y las palabras salieron de la boca de Dios como firme decreto; por consiguiente, se cumplirán.

(Perla de Gran Precio | Moisés 5:14 - 15)


Porque la hora está cerca, y lo que hablaron mis apóstoles se ha de cumplir; porque acontecerá tal como dijeron; porque con poder y gran gloria me revelaré desde los cielos, con todas sus huestes, y moraré en rectitud con los hombres sobre la tierra mil años, y los malvados no permanecerán.

Y además, de cierto, de cierto os digo, y ha salido como un firme decreto por la voluntad del Padre, que mis apóstoles, los Doce que estuvieron conmigo durante mi ministerio en Jerusalén, estarán a mi diestra, el día de mi venida en una columna de fuego, ataviados con vestidos de rectitud, y con coronas sobre sus cabezas, en gloria igual que yo, para juzgar a toda la casa de Israel, sí, a cuantos me hayan amado y guardado mis mandamientos, y a ningún otro.

Porque sonará una trompeta larga y fuertemente, así como en el monte de Sinaí, y toda la tierra temblará; y saldrán, sí, los que murieron en mí, para recibir una corona de rectitud y ser revestidos así como yo, para estar conmigo, a fin de que seamos uno.

Mas he aquí, os digo que antes que llegue este gran día, el sol se obscurecerá y la luna se tornará en sangre; las estrellas caerán del cielo y habrá señales mayores arriba en el cielo y abajo en la tierra; y habrá lloro y lamentos entre las huestes de los hombres; y se enviará una fuerte tormenta de granizo para destruir las cosechas de la tierra. Y acontecerá que a causa de la iniquidad del mundo, me vengaré de los malvados, por cuanto no se arrepienten; porque la copa de mi indignación está llena; pues he aquí, mi sangre no los limpiará si no me escuchan.

Por lo tanto, yo, Dios el Señor, enviaré moscas sobre la faz de la tierra, las cuales se prenderán de sus habitantes, y comerán su carne y harán que se críen gusanos en ellos; y serán atadas sus lenguas a fin de que no hablen contra mí; y la carne se les caerá de los huesos, y los ojos de las cuencas; y acontecerá que las bestias del monte y las aves del aire los devorarán.

Y la grande y abominable iglesia, que es la ramera de toda la tierra, será derribada por fuego devorador, de acuerdo con lo declarado por boca de Ezequiel el profeta, quien habló de estas cosas, las cuales no han acontecido, pero vivo yo, que ciertamente acontecerán, porque no han de reinar las abominaciones.

Y además, de cierto, de cierto os digo, que cuando hayan terminado los mil años y los hombres de nuevo empiecen a negar a su Dios, entonces perdonaré la tierra solamente por un corto tiempo; y vendrá el fin, y el cielo y la tierra serán consumidos y pasarán, y habrá un cielo nuevo y una tierra nueva. Porque todas las cosas viejas pasarán, y todo será hecho nuevo, el cielo y la tierra, y toda la plenitud de ellos, tanto hombres como bestias, las aves del aire, y los peces del mar; y ni un cabello ni una mota se perderán, porque es la obra de mis manos.

Mas he aquí, de cierto os digo que antes que pase la tierra, Miguel, mi arcángel, tocará su trompeta, y entonces todos los muertos despertarán, porque se abrirán sus sepulcros y saldrán, sí, todos; y serán reunidos los justos a mi derecha para vida eterna; y a los malvados, a mi izquierda, me avergonzaré reconocerlos ante mi Padre. Por tanto, les diré: Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno, preparado para el diablo y sus ángeles. Y ahora bien, he aquí, os digo que en ningún tiempo he declarado por mi propia boca que han de volver, pues no pueden venir a donde yo estoy, porque no tienen poder. Mas recordad que no todos mis juicios son dados a los hombres; y tal como las palabras han salido de mi boca, así se cumplirán, para que lo primero sea postrero, y lo postrero sea primero en todas las cosas que he creado por la palabra de mi poder, que es el poder de mi Espíritu.

(Doctrina y Convenios | Sección 29:10 - 30)

Ahora bien mis muy amados hermanos y hermanas, porque deberías ser muy amados, podéis negar estas palabras? Acaso no veis es EL Señor Dios quien os ha hablado en estos últimos días con gran poder. Y hablo en primer lugar a los gentiles y luego a los Judíos, y de nuevo primero a los Judíos y luego a los gentiles, a menos que usted estén totalmente cegados por el demonio y su astucia, no serán capaz de reconocer que lo que he escrito o expresado es la voz y la palabra expresa de Dios según lo ha declarado por su siervos los profetas.
No sólo eso, sino que esta es la razón por la cual tanto desgastamos y rompemos nuestras vidas en esta tarea de predicar, hablar y escribir acerca de Cristo, para que ninguna alma quede exenta de escuchar las buenas nuevas que los traerían de vuelta a su Dios.  Y guste o no, sea aceptado o no el mensaje; si, así Dios nos quite o nos añada,  sabemos que dar a conocer el mensaje es justo. Y esperamos por lo menos poderle traer una alma a su redil. Para que todos los que quieran, puedan venir a nosotros para disfrutar de las bendiciones de la inmortalidad de la vida eterna y se gocen con nosotros en el descanso del Señor de eternidad en eternidad y para siempre jamás.  Y los que no acepten el mensaje, se atengan a lo que en breve se realizara según lo que el señor ha dicho. Porque esta es la obra y la gloria de Dios; si,  para llevar a cabo la inmortalidad de la vida eterna del hombre y así gozar de felicidad eterna. Y esto también está escrito y ahora lo manifiesto a los que creyeren porque este conocimiento había sido quitado del libro de Moisés por causa de la iniquidad de los hijos de los hombres. Y la escritura así lo dice:
Y Dios el Señor habló a Moisés, diciendo: Los cielos son muchos, y son innumerables para el hombre; pero para mí están contados, porque son míos. Y así como dejará de existir una tierra con sus cielos, así aparecerá otra; y no tienen fin mis obras, ni tampoco mis palabras. Porque, he aquí, ésta es mi obra y mi gloria:  Llevar a cabo la inmortalidad y la vida eterna del hombre.

Y ahora, Moisés, hijo mío, yo te hablaré acerca de esta tierra, sobre la cual te hallas; y tú escribirás las cosas que yo hablaré. Y en el día en que los hijos de los hombres menosprecien mis palabras y quiten muchas de ellas del libro que tú escribas, he aquí, levantaré a otro semejante a ti, y de nuevo existirán entre los hijos de los hombres, entre cuantos creyeren.

(Perla de Gran Precio | Moisés 1:37 - 41)


Como ahora esto es conocimiento público o se ve o se lee, vemos que el hombre semejante a Moisés del cual habla la escritura, ya fue levantado; y su nombre lo confieso ante mi Padre y ante el mundo, y se llama José Smith, Jr.  Y él es el primer profeta de la restauración y el está a la cabeza de esta ultima dispensación como lo están, Adán, Enoc, Noé, Abraham, Moisés, Jesús en las dispensaciones anteriores. Y por su instrumentalizad ahora tenemos de nuevo las palabras de Moisés que nos faltan en la biblia o que fueron allanadas de las escrituras originales como resultado de la maldad. Y no solo eso, sino también los escritos de Abrahán Y José, quien fue vendido a Egipto por sus hermanos de quienes muchos de nosotros somos un resto.
Y nosotros deseamos que todos los que creen en Cristo vengan, no a nosotros, ni a José Smith, sino a Cristo. Porque esta es su iglesia y lleva su propio nombre. Para que al igual que a nosotros todos los que quieran puedan también disfrutar de las bendiciones de la restauración. Y como pueden ver todos, estamos muy ansiosos. De  hecho trabajamos arduamente de día y de noche  para el bienestar eterno de vuestras  almas. Porque sabemos que al estar al servicio de nuestros semejantes, solo estamos al servicio de Dios.

Porque como los profetas han dicho y hecho, que cuando un hombre ha probado o gustado de la tierna y exquisita misericordia del Señor, y su Evangelio y la esperanza de vida eterna arde en su alma, este no se contenta con sólo salvarse a sí mismo y a su familia, sino que desea que todo el mundo se conviertan al Señor. Pero tristemente como dice la escritura, muchos son los llamados y pocos los escogidos. Y porque no son escogidos? Porque están tan fraguados en los afanes de este mundo y aspiran a los honores de los hombres.

Y como verán, en la iglesia de Jesucristo de los Santos de los últimos días tenemos un montón de recursos y herramientas disponibles para ayudarles;  y la bendición de otorgar bendiciones a los humildes y a los mansos de la tierra, y a los enfermos y afligidos. Porque sabemos que hay muchas almas que salvar en todas partes entre todas las Iglesias, sectas y denominaciones. Y estas son personas que con verdadera intención de corazón buscan la verdad y el pan de vida y la fuente de aguas vivas, pero no pueden encontrarlos y participar de la bondad de Dios en su plenitud, porque no saben dónde encontrarla. Y nosotros estamos aquí simplemente para iluminar el camino para ellos. Y el faro del Señor esta encendido. Porque el profeta de turno así lo ha dicho: que el faro del señor da señales fáciles de reconocer. Y no solo eso, sino algo como esto también:
“Os aconsejo que os guíes por el faro del Señor. No hay niebla que sea lo suficientemente espesa, ni noche tan oscura, ni tempestad tan fuerte, ni marinero tan perdido, donde la luz no sirva de rescate. Su luz guía en las tormentas de la vida y nos lleva a la seguridad; nos lleva hacia el hogar.”
Thomas S. Monson

Y por eso hablamos de Cristo, nos regocijamos en Cristo, predicamos de Cristo, profetizamos de Cristo y escribimos según nuestras profecías, para que nuestros hijos sepan a qué fuente han de acudir para la remisión de sus pecados.

(Libro de Mormón 2 Nefi 25:26)

Y finalmente, mis amados hermanos y hermanas, tanto a los de edad avanzada como a los jóvenes; y también a la nueva generación que puedan entender mis palabras. Si no negáis la palabra de Cristo administrada a vosotros desde la restauración del evangelio en el año 1830 hasta ahora, que son claras para la comprensión de todos, y las que se dieron a conocer desde el principio del mundo.  Y si vosotros aceptáis estas cosas en el corazón y hacemos lo que Cristo nos mando, o lo que ustedes me ven haciendo en la obediencia a los mandamientos de Dios. Si, y si trabajan o labran su propia salvación con temor y temblor delante de Dios con integro propósito de corazón, como veis que yo hago porque me considero menos que el polvo y nulo ante mi creador. Si, y si perseveramos hasta el fin en obediencia a sus santos mandamientos mostrándole así que le amamos como el nos ha amado, y que confiamos en él y en su redención, seremos levantados, enaltecidos y bendecidos con todos nuestros pequeñitos o como una gran parte de nosotros ya hemos y estamos siendo bendecidos.

Y Yo, Miguel, esto testifico: de que estas cosas que digo y he escrito son ciertas y verdaderas; y que el trabajo de la restauración se ha comisionado a los hombres humildes y débiles o indoctos como yo que estanos en el mundo pero no somos del mundo ya que el mundo nos detesta y nos aborrece. Porque así es, fue y seguirá siendo administrado la verdad de Dios a todo el mundo. Porque como lo dice la escritura de Pablo a los santos en Corintios no muchos nobles, sabios y eruditos son llamados según la carne, sino lo insensato, lo débil y lo despreciable del mundo ha escogido Dios, para trillar a las naciones y abatir lo fuerte y poderoso. Para que ninguna carne se jacte o se glorié antes de Cristo. E aquí la escritura:
Porque lo insensato de Dios es más sabio que los hombres, y lo débil de Dios es más fuerte que los hombres. Pues mirad, hermanos, vuestro llamamiento, que no hay muchos sabios según la carne, ni muchos poderosos, ni muchos nobles ; sino que lo necio del mundo escogió Dios para avergonzar a los sabios; y lo débil del mundo escogió Dios para avergonzar a lo fuerte; y lo vil del mundo y lo menospreciado escogió Dios, y lo que no es, para anular lo que es, para que ninguna carne se jacte en su presencia.
Nuevo testamento, 1 Corintios, 1:25-29
Y esto lo hago para que se cumplan las escrituras que todo hombre debe tomar la rectitud en sus manos y la fidelidad en sus lomos. Y esto os lo  manifestó al principio según lo que está escrito en el encabezamiento de este portal. Este es en efecto un acto extraño y una obra grande maravillosa. Esta es la obra del Señor, y en mis debilidades el poder de Dios que está en mi se perfecciona hasta poder llegar al día perfecto.  Y esto es por el poder de Dios o por el derramamiento del Espíritu Santo sobre todos los que son obedientes. Y sin el cual no pudiera ninguno de nosotros pronunciar una palabra de vida; ni mover un dedo para hacerlo. Y no llama Dios a los sabios, porque estos leudan, usurpan y venden su palabra por lo que la palia y la herrumbre corrompe. Y quienes   con la sabiduría del mundo invalidan la ley y dejan sin efecto el santo mandamiento.

Y es por la fe que mis padres han obtenido la promesa de que estas cosas han de llegar a sus hermanos por medio de los gentiles; por tanto, el Señor me ha mandado, sí, aun Jesucristo mismo. Y le dije: Señor, los gentiles se burlarán de estas cosas, debido a nuestra debilidad en escribir; porque tú, Señor, nos has hecho fuertes en palabras por la fe, pero no nos has hecho fuertes para escribir; porque concediste que todos los de este pueblo declarasen mucho, por motivo del Espíritu Santo que tú les has dado; y tú has hecho que no podamos escribir sino poco, a causa de la torpeza de nuestras manos. He aquí, no nos has hecho fuertes en escribir, como al hermano de Jared; porque le concediste que las cosas que él escribiera fuesen tan potentes como tú lo eres, al grado de dominar al hombre al leerlas. También has hecho grandes y potentes nuestras palabras, al grado de que no las podemos escribir; así que, cuando escribimos, vemos nuestra debilidad, y tropezamos por la manera de colocar nuestras palabras; y temo que los gentiles se burlen de nuestras palabras.

Y cuando hube dicho esto, el Señor me habló, diciendo: Los insensatos hacen burla, mas se lamentarán; y mi gracia es suficiente para los mansos, para que no saquen provecho de vuestra debilidad; y si los hombres vienen a mí, les mostraré su debilidad. Doy a los hombres debilidad para que sean humildes; y basta mi gracia a todos los hombres que se humillan ante mí; porque si se humillan ante mí, y tienen fe en mí, entonces haré que las cosas débiles sean fuertes para ellos. He aquí, mostraré a los gentiles su debilidad, y les mostraré que la fe, la esperanza y la caridad conducen a mí, la fuente de toda rectitud.

(Libro de Mormón | Éter 12:22 - 28)

Ahora bien, mis amados hermanos, todo lo que he dicho lo he reforzado y confirmado por medio de la ley y los profetas. Ustedes mismos pueden juzgar si esta obra de la que he hablado es o no es una obra  grande y maravillosa y un prodigio. Y si no niegan el poder de Dios, ustedes también sabrán como yo, que lo es, y estas son mis palabras y las escribo con la única mira para la honra y gloria de Dios; y también para el beneficio eterno de vuestras almas, las almas de mis hermanos en Cristo y la de los míos; y lo hago con debida autoridad  en el nombre de Jesucristo, amen.

Atentamente, un siervo inútil en las manos de Cristo

Miguel Ángel Tinoco Rodríguez

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  1. Y el que contienda contra la palabra del Señor, maldito sea; y el que niegue estas cosas, maldito sea; porque a éstos no mostraré cosas mayores, dice Jesucristo; porque yo soy el que habla. Y por mi mandato se abren y se cierran los cielos; y por mi palabra temblará la tierra; y por mi mandato sus habitantes pasarán, como si fuera por fuego. Y el que no cree mis palabras no cree a mis discípulos; y si es que yo no hablo, juzgad vosotros; porque en el postrer día sabréis que yo soy el que habla.



    Pero al que crea estas cosas que he hablado, yo lo visitaré con las manifestaciones de mi Espíritu, y sabrá y dará testimonio. Porque por mi Espíritu sabrá que estas cosas son verdaderas; porque persuade a los hombres a hacer lo bueno. Y cualquier cosa que persuada a los hombres a hacer lo bueno viene de mí; porque el bien de nadie procede, sino de mí. Yo soy el mismo que conduce a los hombres a todo lo bueno; el que no crea mis palabras, tampoco me creerá a mí: que yo soy; y aquel que no me crea, no creerá al Padre que me envió. Pues he aquí, yo soy el Padre, yo soy la luz, y la vida, y la verdad del mundo.



    ¡Venid a mí, oh gentiles, y os mostraré las cosas mayores, el conocimiento que se ha ocultado a causa de la incredulidad!

    ¡Venid a mí, oh casa de Israel, y os será manifestado cuán grandes cosas el Padre ha reservado para vosotros desde la fundación del mundo; y no han llegado a vosotros por motivo de la incredulidad!



    He aquí, cuando rasguéis ese velo de incredulidad que os hace permanecer en vuestro espantoso estado de iniquidad, y dureza de corazón, y ceguedad de mente, entonces las cosas grandes y maravillosas que han estado ocultas de vosotros desde el principio del mundo, sí, cuando invoquéis al Padre en mi nombre, con un corazón quebrantado y un espíritu contrito, entonces sabréis que el Padre se ha acordado del convenio que hizo con vuestros padres, oh casa de Israel. Entonces serán manifestadas a los ojos de todo el pueblo mis revelaciones que he hecho que sean escritas por mi siervo Juan. Acordaos, cuando veáis estas cosas, sabréis que el tiempo está cerca en que efectivamente serán manifestadas.



    Por tanto, cuando recibáis esta historia, sabréis que la obra del Padre ha empezado sobre toda la faz de la tierra.



    Arrepentíos, pues, todos vosotros los extremos de la tierra, y venid a mí, y creed en mi evangelio y sed bautizados en mi nombre; porque el que crea y sea bautizado, será salvo; mas el que no crea, será condenado; y las señales seguirán a los que crean en mi nombre. Y bendito es aquel que sea hallado fiel a mi nombre en el postrer día, porque será enaltecido para morar en el reino preparado para él desde la fundación del mundo. Y he aquí, yo soy quien lo ha hablado. Amén.



    (Libro de Mormón | Éter 4:8 - 19)

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