Saturday, November 30, 2013

He aquí, os envié para testificar y amonestar al pueblo, y conviene que todo hombre que ha sido amonestado, amoneste a su prójimo.







Sión Y Jerusalén, 30 de Noviembre del 2013


He aquí, os envié para testificar y amonestar al pueblo, y conviene que todo hombre que ha sido amonestado, amoneste a su prójimo.

(Doctrina y Convenios | Sección 88:81)



Creo que la mayoría de nosotros, sino todos sabemos y estamos percatados de las tres misiones fundamentales de la Iglesia de Jesucristo de Los Santo de los Últimos Días, y estas son: Predicar el evangelio, Perfeccionar a los Santos y Redimir a los muertos.  Porque el valor de las almas es grande a la vista de Dios.



Recordad que el valor de las almas es grande a la vista de Dios; porque he aquí, el Señor vuestro Redentor padeció la muerte en la carne; por tanto, sufrió el dolor de todos los hombres, a fin de que todo hombre pudiese arrepentirse y venir a él.

(Doctrina y Convenios | Sección 18:10 - 11)


 La-Iglesia-de-Jesuscristo

Todas las misiones de la iglesia nos conciernen, pero hoy con la voluntad y ayuda del Espíritu de Dios nos vamos a concentrar mas particularmente en las dos primeas misiones que Predicar el evangelio y Perfeccionar a los Santos.  Y todo comienza con un deseo, y ese deseo con diligencia se nutre hasta que se convierte en fe, en esperanza y en caridad sin la cual no somos nada ni podemos hacer nada para agradar a Dios.  Creo que no hay escritura existente que sea sagrada haya venido a nosotros o por voluntad humana, sin que antes hombres inspirados hayan preguntado algo a Dios y recibido su contestación al respecto. De esa manera obtuvimos el Libro de Génesis y los que le siguieron.  Así como El libro de Abrahán, El libro de Moisés, La primera visión de José Smith y las Doctrinas Y convenios, el sacerdocio y las llaves del reino de Dios sobre la tierra. 


Y si no tenéis fe, esperanza y caridad, no podréis hacer nada.

(Doctrina y Convenios | Sección 18:19)


Podemos predicar el evangelio sin haber sido comisionados o sin conocer la palabra de Dios?  Que dice el 5to articulo de nuestra fe?



Creemos que el hombre debe ser llamado por Dios, por profecía y la imposición de manos, por aquellos que tienen la autoridad, a fin de que pueda predicar el evangelio y administrar sus ordenanzas.

(Perla de Gran Precio | Artículos de Fe 1:5)


 Cuales son las calificaciones especificas que el Señor requiere a todos los que se embarcan en esta obra?



De modo que, si tenéis deseos de servir a Dios, sois llamados a la obra; pues he aquí, el campo blanco está ya para la siega; y he aquí, quien mete su hoz con su fuerza atesora para sí, de modo que no perece, sino que trae salvación a su alma; y fe, esperanza, caridad y amor, con la mira puesta únicamente en la gloria de Dios, lo califican para la obra.

Tened presente la fe, la virtud, el conocimiento, la templanza, la paciencia, la bondad fraternal, piedad, caridad, humildad, diligencia. Pedid, y recibiréis; llamad,  y se os abrirá. Amén.

(Doctrina y Convenios | Sección 4:3 - 7)



De quien recibimos la autoridad para predicar? Creo que antes, nadie lo podía hacer inspiradamente sino era ordenado al sacerdocio, pero en esta la restauración del evangelio en la dispensación del cumplimiento de los tiempos. O desde que se nos agrego conocimiento, o desde que el Presidente Mckay dijo todo miembro es un misionero, todos nosotros los miembros de la iglesia tenemos la autoridad y responsabilidad de hacerlo en mayor o menor grado. 

Pero, con toda la autoridad de Dios o la Iglesia, podremos predica la palabra de Dios a menos que la conozcamos? 


No intentes declarar mi palabra, sino primero procura obtenerla, y entonces será desatada tu lengua; luego, si lo deseas, tendrás mi Espíritu y mi palabra, sí, el poder de Dios para convencer a los hombres.

(Doctrina y Convenios | Sección 11:21)



Y si acontece que trabajáis todos vuestros días proclamando el arrepentimiento a este pueblo y me traéis aun cuando fuere una sola alma, ¡cuán grande será vuestro gozo con ella en el reino de mi Padre!

Y ahora, si vuestro gozo será grande con un alma que me hayáis traído al reino de mi Padre, ¡cuán grande no será vuestro gozo si me trajereis muchas almas! He aquí, tenéis mi evangelio ante vosotros, y mi roca y mi salvación. Pedid al Padre en mi nombre, con fe, creyendo que recibiréis, y tendréis el Espíritu Santo, que manifiesta todas las cosas que son convenientes a los hijos de los hombres. Y si no tenéis fe, esperanza y caridad, no podréis hacer nada.

(Doctrina y Convenios | Sección 18:15 - 19)


Presidentes de la Iglesia, David O MaCkay, Capítulo 6: “Todo miembro un misionero”

"Capítulo 6: “Todo miembro un misionero”," Enseñanzas de los Presidentes de la Iglesia: David O. McKay, (2004)


Y de Quien recibimos el poder y la palabra?   De cierto os digo que directamente de Dios.



Mas por ahora guarda silencio; estudia mi palabra que ha salido entre los hijos de los hombres, y también estudia mi palabra que saldrá entre ellos, o lo que ahora se está traduciendo, sí, hasta que hayas logrado todo cuanto concederé a los hijos de los hombres en esta generación, y entonces se añadirán a esto todas las cosas.

(Doctrina y Convenios | Sección 11:22)



¿Cuando tomamos sobre nosotros la responsabilidad de servir a Dios y ser testigos de el en todas las cosas, en todo tiempo y en todo lugar donde estuviéremos? 

Si hemos escudriñado o estudiado  las escrituras, y mas particularmente el Libro de Mormón,  podremos darnos cuenta que desde que nosotros nos bautizamos hicimos convenio solemne con Dios de ejercitar la fe en nuestro Señor Jesucristo,  de arrepentirnos de todos puestos pecados y de bautizarnos y recibir el don del espíritu santo para poder ser testigos de el en todo tiempo, en todas las cosas y en cualquier lugar donde estuviéremos un hasta la muerte.

Pero NO podemos ser testigos de el así como dice la escritura al menos que hayamos nacido del espíritu y hagamos lo que le hemos visto hacer. Y para eso debemos orar siempre, ayunar y escudriñar las escrituras y tratar de vivir de toda palabra que sale de la boca de Dios. Al deleitarnos en la palabra de Dios el Espíritu de Dios entoces podremos hablar con voz de Ángeles porque El Espíritu de Dios nos dice todas las cosas que debemos hacer. 



Y AHORA bien, he aquí, amados hermanos míos, supongo que estaréis meditando en vuestros corazones en cuanto a lo que debéis hacer después que hayáis entrado en la senda. Mas he aquí, ¿por qué meditáis estas cosas en vuestros corazones? ¿No os acordáis que os dije que después que hubieseis recibido el Espíritu Santo, podríais hablar con lengua de ángeles?

 ¿Y cómo podríais hablar con lengua de ángeles sino por el Espíritu Santo? Los ángeles hablan por el poder del Espíritu Santo; por lo que declaran las palabras de Cristo. Por tanto, os dije: Deleitaos en las palabras de Cristo; porque he aquí, las palabras de Cristo os dirán todas las cosas que debéis hacer. Por tanto, si después de haber hablado yo estas palabras, no podéis entenderlas, será porque no pedís ni llamáis; así que no sois llevados a la luz, sino que debéis perecer en las tinieblas.

(Libro de Mormón | 2 Nefi 32:1 - 4)

Por tanto, debéis seguir adelante con firmeza en Cristo, teniendo un fulgor perfecto de esperanza y amor por Dios y por todos los hombres. Por tanto, si marcháis adelante, deleitándoos en la palabra de Cristo, y perseveráis hasta el fin, he aquí, así dice el Padre: Tendréis la vida eterna.

(Libro de Mormón | 2 Nefi 31:20)



·         Doctrina y Convenios 84:44

Porque viviréis de toda palabra que sale de la boca de Dios.

El evangelio de Jesucristo es algo muy simple, tanto que muchos lo rechazan por su simplicity: en sus terminus mas basicos el evangelio es:

LA FE EN JESUCRISTO, EL ARREPENTIMIENTO, EL BAUTISMO POR IMMERSION PARA LA REMISION DE PECADOS Y EL DON DEL ESPIRITU SANTO POR LA IMPOSICION DE MANOS POR MEDIO DE AQUELLOS QUE SON O ESTAN DEBIDAMENTE COMISIONADOS.  


Todo lo demás sobre el evangelio eterno es dependiente de eso porque se centra es esto, por que sin esto, no podemos comprender lo demás ni llegar al conocimiento de Dios para Vida y Salvación.  Y el convenio que nosotros hacemos al bautizarnos es este:



sí, y estáis dispuestos a llorar con los que lloran; sí, y a consolar a los que necesitan de consuelo, y ser testigos de Dios en todo tiempo, y en todas las cosas y en todo lugar en que estuvieseis, aun hasta la muerte, para que seáis redimidos por Dios, y seáis contados con los de la primera resurrección, para que tengáis vida eterna; os digo ahora, si éste es el deseo de vuestros corazones, ¿qué os impide ser bautizados en el nombre del Señor, como testimonio ante él de que habéis concertado un convenio con él de que lo serviréis y guardaréis sus mandamientos, para que él derrame su Espíritu más abundantemente sobre vosotros?

(Libro de Mormón | Mosíah 18:9 - 10)



PERFECCIONAR A LOS SANTOS.


Yo, en lo personal, NO voy a discutir ni deseo que hablemos en este día las deficiencias, flaquezas,  debilidades y desvirtúes o impedimentos que tenemos individual o colectivamente para magnificar nuestros el sacerdocio y nuestros llamamientos en la iglesia.  


NO es un misterio, estamos fallando en la orientación familiar, en la retención de y el hermanamiento de nuevos miembros y en traerle almas a Jesucristo. Todos sabemos que debemos mejorar y ser más atentos y obedientes. Porque tanto los sacerdotes como miembros sabemos que casi todos tenemos llamamientos y responsabilices en la iglesia y de los cuales tarde o temprano le tenemos que dar cuentas a Dios.  Es mi propósito este día  fortalecerlos tanto como mi habilidad y capacidad me lo permiten para que seamos obreros más fieles y fervientes a Dios y a la fe que profesamos.  


Cuando EL presidente que tiene las llaves de las bendiciones espirituales de esta rama me llamo o me comisionaron para que diera esta clase hace tres o cuatro días no supe que era lo que podía decir que no se haya dicho antes o que ustedes no supieran.  Tampoco quería darles un sermón o amonestarlos como generalmente lo hacemos durante las clases y demás reuniones.  Sino más bien quise utilizar la llave que se me Dio para abrir la puerta correcta a indagar en la mente y voluntad de Dios precisa de como podemos mejorarnos en todas las cosas porque sus pensamientos no son nuestros pensamientos y nuestros caminos no son sus caminos.  En otras palabras, deje que Dios me guiara a buscar lo que seria de mayor valor para todos y cada uno de nosotros.  Y empecé con una pregunta que me hice a mi mismo y que en el transcurso de los días en base a la diligencia que he puesto en este asunto, Dios me contesto o me ilumino?


Y la pregunta es;  ¿que nos impulsaría a vencer todas nuestras debilidades y a ser más obedientes a Dios y fervientes en nuestros llamamientos cualquiera que estos fueran?


Y la respuesta no tardo en venir. He descubierto o encontrado  que nuestra fidelidad y devoción a Dios consiste en el grado de conversión que hay en nosotros y que la conversión en proporción directa al afán que tengamos para servir a Dios pese a todas nuestras debilidades e impedimentos.  O como dijo tanto el profeta Nefi y el profeta Esra Taft Benson respectivamente.
Ire y hare lo que Dios me ha mandado porque se que el no da mandamientos a los hijos de los hombres sin antes prepararles la via pasa poder cumplir lo que les ha mandado. Que cuando la obediencia cesa de ser  una carga irritante y se convierte en nuestra meta o cometido, es allí cuando Dios nos habilita o nos viste con su  poder.   
Porque El concede a los hijos de los hombres conforme a sus deseos y la diligencia que le rinden. 



Y sucedió que yo, Nefi, dije a mi padre: Iré y haré lo que el Señor ha mandado, porque sé que él nunca da mandamientos a los hijos de los hombres sin prepararles la vía para que cumplan lo que les ha mandado.

(Libro de Mormón | 1 Nefi 3:7)


Sin la debida conversión por lo general seremos siervos infruciferos, pese al conocimiento que obtenganmos acerca de Dios, del evangelio y de la verdad.  Porque la conversión nos lleva al conocimiento de Dios y no solo a saber acerca de el. La conversión es un convenio sempiterno y Dios lo prometió en los días antiguos a todos los obedientes de su pueblo lo cual es la plenitud de su evangelio diciendo:


·          Jeremia 31:31-34

He aquí que vienen días, dice Jehová, en los cuales haré un nuevo convenio con la casa de Israel y con la casa de Judá, no como el  convenio que hice con sus padres el día en que los tomé de la mano para sacarlos de la tierra de Egipto; porque ellos invalidaron mi convenio, aunque fui yo un marido para ellos, dice Jehová. Mas éste es el  convenio que haré con la casa de Israel después de aquellos días, dice Jehová: Pondré mi  ley en su mente y la escribiré en sus  corazones; y yo seré su Dios, y ellos serán mi pueblo. Y no enseñará más ninguno a su prójimo ni ninguno a su hermano, diciendo: Conoce a Jehová, porque todos me  conocerán, desde el más pequeño de ellos hasta el más grande, dice Jehová; porque perdonaré la  iniquidad de ellos y no me acordaré más de su pecado.

 Ezequiel 11:19-20

Y les daré un solo corazón y pondré un nuevo espíritu dentro de ellos; y quitaré el corazón de piedra de su carne y les daré un corazón de carne, para que  anden según mis estatutos, y guarden mis  decretos y los cumplan, y sean mi pueblo, y yo sea su Dios.

Yo testifico que esto es verdad y que ocurre en estos últimos días como en los días anteriores.  En efecto circuncidar el alma de los hijos de los hombres es el propósito del libro de Mormón al cual el Señor llama mi nuevo y sempiterno convenio.

Doctrina y Convenios 49:9

Os digo, pues, que os he mandado mi convenio sempiterno, el mismo que existió desde el principio. 

Y esta condenación pesa sobre los hijos de Sión, sí, todos ellos; y permanecerán bajo esta condenación hasta que se arrepientan y recuerden el nuevo convenio, a saber, el Libro de Mormón y los mandamientos anteriores que les he dado, no sólo de hablar, sino de obrar de acuerdo con lo que he escrito,

(Doctrina y Convenios | Sección 84:56 - 57)

Tanto la predicación del evangelio y el perfeccionar a los santos van de la mando o se hace mas fácil natural para nosotros predicar y perfeccionar a los Santos cuando estamos convertidos a Jesucristo. Por ejemplo una persona convertida al Señor tiene derecho y acceso al el espíritu de Profecía y de revelación.  Tal persona sabe que la orientación familiar no es un invento moderno de la iglesia sino que ha existido desde el principio y que se restauro en estos últimos dias.  El pueblo de Sión, o el pueblo de Enoc se perfecciono por este método.  Jamás pudieron haber sido uno en las cosas espirituales sin antes haber sido uno en las cosas terrenales.  Pero no podemos irnos lo podemos ver en Jeremías  23


El propósito primordial de venir a la iglesia además de renovar nuestros convenios y aprender es para purificarnos y santificarnos y convertirnos al Señor. Una vez nosotros nos hayamos convertido tendremos la facultad para ayudar a fortalecer para que otros también se conviertan al Señor.  Recordemos que no hay nadie bajo el cielo que haga lo bueno, o no hay ninguno uno justo, no ni siquiera uno. Y si hay alguien que haga lo bueno debe ser por medio del espíritu santo porque lo bueno de nadie procede sino de Dios.



Y cualquier cosa que persuada a los hombres a hacer lo bueno viene de mí; porque el bien de nadie procede, sino de mí. Yo soy el mismo que conduce a los hombres a todo lo bueno; el que no crea mis palabras, tampoco me creerá a mí: que yo soy; y aquel que no me crea, no creerá al Padre que me envió. Pues he aquí, yo soy el Padre, yo soy la luz, y la vida, y la


Y ¡ay de los hijos de los hombres si tal fuere el caso; porque no habrá entre vosotros quien haga lo bueno, no, ni uno solo! Porque si hubiere entre vosotros quien hiciere lo bueno, será por el poder y los dones de Dios.

(Libro de Mormón | Moroni 10:25)

Solo con la debida conversión podremos estar debida y completamente habilitados para obrar en cualquier llamamiento o asignación que se nos de en la iglesia o en el mundo.  Para esto necesitamos el don y la plenitud del espíritu Santo.  Esto fue lo que convirtió a la gente del Rey Benjamín.  Y cuando recibieron su conversión dijeron dos veces en unísono:

Y AHORA bien, aconteció que cuando el rey Benjamín hubo concluido de hablar las palabras que le habían sido comunicadas por el ángel del Señor, miró a su alrededor hacia la multitud, y he aquí, habían caído a tierra, porque el temor del Señor había venido sobre ellos. Y se habían visto a sí mismos en su propio estado carnal, aún menos que el polvo de la tierra.

 Y todos a una voz clamaron, diciendo: ¡Oh, ten misericordia, y aplica la sangre expiatoria de Cristo para que recibamos el perdón de nuestros pecados, y sean purificados nuestros corazones; porque creemos en Jesucristo, el Hijo de Dios, que creó el cielo y la tierra y todas las cosas; el cual bajará entre los hijos de los hombres!

Y aconteció que después de que hubieron hablado estas palabras, el Espíritu del Señor descendió sobre ellos, y fueron llenos de gozo, habiendo recibido la remisión de sus pecados, y teniendo paz  de conciencia a causa de la gran fe que tenían en Jesucristo que había de venir, según las palabras que el rey Benjamín les había hablado.

(Libro de Mormón | Mosíah 4:1 - 3)


Y AHORA bien, aconteció que cuando el rey Benjamín hubo hablado así a su pueblo, mandó indagar entre ellos, deseando saber si creían las palabras que les había hablado. Y todos clamaron a una voz, diciendo: Sí, creemos todas las palabras que nos has hablado; y además, sabemos de su certeza y verdad por el Espíritu del Señor Omnipotente, el cual ha efectuado un potente cambio en nosotros, o sea, en nuestros corazones, por lo que ya no tenemos más disposición a obrar mal, sino a hacer lo bueno continuamente. Y también nosotros mismos, por medio de la infinita bondad de Dios y las manifestaciones de su Espíritu, tenemos grandes visiones de aquello que está por venir; y si fuere necesario, podríamos profetizar de todas las cosas.

(Libro de Mormón | Mosíah 5:1 - 3)

Perfeccionar a los santos.
Bien sabemos que Pedro el Jefe de los apóstoles y sus compañeros  lo setenta fueron a predicar el evangelio de dos en dos.  Ellos   predicaban con poder y autoridad por medio de los dones del espíritu, pero aun  no se le había dado la plenitud del Espíritu Santo sino hasta que Jesucristo resucito y ascendió al cielo.  Durante la Santa Cena Pedo le Dijo a nuestro Señor,  que estaba dispuesto a ir aun a la cárcel y a la muerte. Pero todos nosotros sabemos que después de ello, aun esa misma noche que le traicionaron, Pedro negó a Jesús, pero después de haberse arrepentido  recibió la plenitud del Espíritu Santo y se sometió a todas las cosas que Dios quiso imponerle incluyendo la misma crucifixión.  

 Dijo también el Señor: Simón, Simón, he aquí Satanás os ha pedido para zarandearos como a trigo;  pero yo he rogado por ti, que tu fe no falte; y tú, una vez  vuelto,  fortalece a tus hermanos.
Muchos durante el ministerio de nuestro Salvador se convirtieron al pan y los peces o a los profetas. Sabemos que de hecho, Jesus alimento a los cinco mil, y luego a los cuatro mil, pero luego todos le dejaron salvo unos pocos. Y cuando esto sucedió Jesús le dijo a sus discípulos, me dejareis vosotros también, a lo cual Pedro contesto que no tenían a donde ir ya que Jesucristo tenia las palabras de vida.   Y solo unos 120 almas fueron lo suficientemente valientes para ir a la conferencia o asamblea a solemne que se celebra en el día de Pentecostés.  Y así como ellos  se convirtieron alma y los hijos de Mosiah y sus compañeros.  Y esto ocurrió, ocurre y seguirá ocurriendo porque el testimonio d Jesucristo es el espíritu de profecía y esto habilita a los Santos apóstoles y discípulos de Jesucristo a recibir revelación y profetizar  o a hablar en el nombre del Señor.

Muchos de nosotros llevamos mucho tiempo en la iglesia y tenemos testimonio de la De Jose Smith, de la Iglesia, del evangelio entre otros testimonios pero no todos somos convertidos al Señor y tienen un testimonio de su divinidad. El testimonio de la divinidad de Nuestro Señor implica saber con certeza o sin lugar a dudas Su nacimiento divino, su ministerio profético,  Su expiación infinita, su resurrección y la promesa de su venida.




  Apocalipsis 19:10

Entonces yo me postré a sus pies para adorarle. Y él me dijo: ¡Mira, no lo hagas!; yo soy consiervo tuyo y de tus hermanos que tienen el testimonio de Jesús. ¡Adora a Dios!, porque el testimonio de Jesús es el espíritu de profecía.


Pues estaban deseosos de que la salvación fuese declarada a toda criatura, porque no podían soportar que alma humana alguna pereciera; sí, aun el solo pensamiento de que alma alguna tuviera que padecer un tormento sin fin los hacía estremecer y temblar.

(Libro de Mormón | Mosíah 28:3)



Y ahora os digo, hermanos míos, si habéis experimentado un cambio en el corazón, y si habéis sentido el deseo de cantar la canción del amor que redime, quisiera preguntaros: ¿Podéis sentir esto ahora?

(Libro de Mormón | Alma 5:26)


¿Habéis caminado, conservándoos irreprensibles delante de Dios? Si os tocase morir en este momento, ¿podríais decir, dentro de vosotros, que habéis sido suficientemente humildes? ¿que vuestros vestidos han sido lavados y blanqueados mediante la sangre de Cristo, que vendrá para redimir a su pueblo de sus pecados? He aquí, ¿os halláis despojados del orgullo? Si no, yo os digo que no estáis preparados para comparecer ante Dios. He aquí, debéis disponeros prontamente; porque el reino de los cielos pronto se acerca, y el que no esté preparado no tendrá vida eterna. He aquí, digo: ¿Hay entre vosotros quien no esté despojado de la envidia? Os digo que éste no está preparado; y quisiera que se preparase pronto, porque la hora está cerca, y no sabe cuándo llegará el momento; porque tal persona no se halla sin culpa.

Y además, os digo: ¿Hay entre vosotros quien se burle de su hermano, o que acumule persecuciones sobre él? ¡Ay de tal persona, porque no está preparada; y el tiempo está cerca en que debe arrepentirse, o no puede ser salva! Sí, ¡ay de todos vosotros, obradores de iniquidad! ¡Arrepentíos, arrepentíos, porque el Señor Dios lo ha dicho! He aquí, él invita a todos los hombres, pues a todos ellos se extienden los brazos de misericordia, y él dice: Arrepentíos, y os recibiré. Sí, dice él: Venid a mí, y participaréis del fruto del árbol de la vida; sí, comeréis y beberéis libremente del pan y de las aguas de la vida; sí, venid a mí y haced obras de rectitud, y no seréis talados y arrojados al fuego.

Porque he aquí, el tiempo está cerca en que todo aquel que no diere buen fruto, o sea, el que no hiciere las obras de rectitud, tendrá razón para gritar y lamentarse.

¡Oh obradores de iniquidad, vosotros que os habéis engreído con las vanidades del mundo, vosotros que habéis declarado conocer las sendas de la rectitud, y, sin embargo, os habéis descarriado como ovejas sin pastor, no obstante que un pastor os ha llamado, y os está llamando aún, pero vosotros no queréis escuchar su voz! He aquí, os digo que el buen pastor os llama; sí, y os llama en su propio nombre, el cual es el nombre de Cristo; y si no queréis dar oídos a la voz del buen pastor, al nombre por el cual sois llamados, he aquí, no sois las ovejas del buen pastor. Y si no sois las ovejas del buen pastor, ¿de qué rebaño sois? He aquí, os digo que el diablo es vuestro pastor, y vosotros sois de su rebaño; y ahora bien, ¿quién puede negarlo? He aquí, os digo que quien niega esto es un embustero e hijo del diablo. Porque os digo que todo lo que es bueno viene de Dios; y todo lo que es malo, del diablo procede.

Por lo tanto, si un hombre hace buenas obras, él escucha la voz del buen pastor y lo sigue; pero el que hace malas obras, éste se convierte en hijo del diablo, porque escucha su voz y lo sigue.

(Libro de Mormón | Alma 5:27 - 41)




HE aquí, así dice el Señor a los élderes de su iglesia que han de volver con presteza a la tierra de donde vinieron: He aquí, me complace que hayáis venido acá; mas con algunos no estoy muy complacido, porque no quieren abrir su boca, sino que esconden el talento que les he dado, a causa del temor de los hombres. ¡Ay de éstos!, porque mi enojo está encendido en contra de ellos. Y acontecerá que si no me son más fieles, les será quitado aun lo que tienen. Porque yo, el Señor, reino en los cielos y entre las huestes de la tierra; y en el día en que yo integre mis joyas, todos los hombres sabrán qué es lo que declara el poder de Dios.

(Doctrina y Convenios | Sección 60:1 - 4)


DE cierto, así dice el Señor a vosotros a quienes amo, y a los que amo también disciplino para que les sean perdonados sus pecados, porque con el castigo preparo un medio para librarlos de la tentación en todas las cosas, y yo os he amado. Es necesario, pues, que seáis disciplinados y quedéis reprendidos delante de mi faz; porque habéis cometido un pecado muy grave contra mí, al no haber considerado en todas las cosas el gran mandamiento que os he dado concerniente a la edificación de mi casa; para la preparación con la cual me propongo preparar a mis apóstoles para que poden mi viña por última vez, a fin de que realice mi obra extraña, para que derrame mi Espíritu sobre toda carne. Mas he aquí, de cierto os digo que hay entre vosotros muchos que han sido ordenados, a quienes he llamado, pero pocos de ellos son escogidos. Los que no son escogidos han cometido un pecado muy grave, pues andan en tinieblas al mediodía.

(Doctrina y Convenios | Sección 95:1 - 6)




Y ahora bien, había en Mormón una fuente de agua pura, y Alma allí acudía; y cerca del agua había un paraje poblado de árboles pequeños, donde se ocultaba, durante el día, de las pesquisas del rey. Y aconteció que cuantos le creían, se dirigían allí para oír sus palabras. Y sucedió que después de muchos días, se hallaba reunido un buen número en el paraje de Mormón, para oír las palabras de Alma. Sí, todos los que creían en su palabra se habían reunido para oírlo. Y les enseñó, y les predicó el arrepentimiento y la redención y la fe en el Señor.

(Libro de Mormón | Mosíah 18:5 - 7)


·         Juan 21:15

Y cuando hubieron comido, Jesús le dijo a Simón Pedro: Simón hijo de Jonás, ¿me amas más que éstos? Pedro le contestó: Sí, Señor, tú sabes que te amo. Él le dijo: Apacienta mis corderos.

·         Juan 21:17

Le dijo la tercera vez: Simón hijo de Jonás, ¿me amas? Se entristeció Pedro de que le dijese por tercera vez: ¿Me amas?, y le dijo: Señor, tú sabes todas las cosas; tú sabes que te amo. Jesús le dijo: Apacienta mis ovejas.

·         Lucas 15:4

4 ¿Qué hombre de vosotros, si tiene cien ovejas y se le pierde una de ellas, no deja las noventa y nueve en el desierto y va tras la que se le perdió, hasta que la halla?

·         Lucas 15:8

¿O qué mujer que tiene diez dracmas, si pierde una dracma, no enciende una lámpara, y barre la casa y busca con diligencia hasta hallarla?


·         Mateo 18:12

12 ¿Qué os parece? Si tiene algún hombre cien ovejas y se descarría una de ellas, ¿no irá por los montes, dejando las noventa y nueve, a buscar la que se ha descarriado?

·         Juan 10:11

1Yo soy el buen pastor; el buen pastor da su vida por las ovejas.

·         Juan 10:14

1Yo soy el buen pastor y conozco mis ovejas, y las mías me conocen,


·         Jeremia 23:4

Y pondré sobre ellas pastores que las apacienten; y no temerán más, ni se espantarán, ni faltará ninguna, dice Jehová.


Porque he aquí, no conviene que yo mande en todas las cosas; porque el que es compelido en todo es un siervo perezoso y no sabio; por tanto, no recibe galardón alguno. De cierto digo que los hombres deben estar anhelosamente consagrados a una causa buena, y hacer muchas cosas de su propia voluntad y efectuar mucha justicia; porque el poder está en ellos, y en esto vienen a ser sus propios agentes. Y en tanto que los hombres hagan lo bueno, de ninguna manera perderán su recompensa.

(Doctrina y Convenios | Sección 58:26 - 28)



Por tanto, viendo que yo, el Señor, he decretado todas estas cosas sobre la faz de la tierra, quiero que mis santos se congreguen en la tierra de Sión; y que todo hombre tome la rectitud en sus manos y la fidelidad sobre sus lomos, y levante la voz de amonestación a los habitantes de la tierra; y declare, tanto por palabra como por fuga, que la desolación sobrevendrá a los inicuos.

(Doctrina y Convenios | Sección 63:36 - 37)



El deber del presbítero es predicar, enseñar, exponer, exhortar, bautizar y bendecir la santa cena, y visitar la casa de todos los miembros, y exhortarlos a orar vocalmente, así como en secreto, y a cumplir con todos los deberes familiares. Y también puede ordenar a otros presbíteros, maestros y diáconos. Y ha de hacerse cargo de las reuniones cuando no esté presente ningún élder; mas cuando esté presente un élder, sólo ha de predicar, enseñar, exponer, exhortar y bautizar; y visitar la casa de todos los miembros, exhortándolos a orar vocalmente, así como en secreto, y a cumplir con todos los deberes familiares.

(Doctrina y Convenios | Sección 20:46 - 51)




Por tanto, yo, Jacob, les hablé estas palabras, mientras les enseñaba en el templo, habiendo primeramente obtenido mi mandato del Señor; Porque yo, Jacob, y mi hermano José, habíamos sido consagrados sacerdotes y maestros de este pueblo, por mano de Nefi. Y magnificamos nuestro oficio ante el Señor, tomando sobre nosotros la responsabilidad, trayendo sobre nuestra propia cabeza los pecados del pueblo si no le enseñábamos la palabra de Dios con toda diligencia; para que, trabajando con todas nuestras fuerzas, su sangre no manchara nuestros vestidos; de otro modo, su sangre caería sobre nuestros vestidos, y no seríamos hallados sin mancha en el postrer día.

(Libro de Mormón | Jacob 1:17 - 19)



Y otra vez os digo, según dije antes, que así como habéis llegado al conocimiento de la gloria de Dios, o si habéis sabido de su bondad, y probado su amor, y habéis recibido la remisión de vuestros pecados, lo que ocasiona tan inmenso gozo en vuestras almas, así quisiera que recordaseis y retuvieseis siempre en vuestra memoria la grandeza de Dios, y vuestra propia nulidad, y su bondad y longanimidad para con vosotros, indignas criaturas, y os humillaseis aun en las profundidades de la humildad, invocando el nombre del Señor diariamente, y permaneciendo firmes en la fe de lo que está por venir, que fue anunciado por boca del ángel. Y he aquí, os digo que si hacéis esto, siempre os regocijaréis, y seréis llenos del amor de Dios y siempre retendréis la remisión de vuestros pecados; y aumentaréis en el conocimiento de la gloria de aquel que os creó, o sea, en el conocimiento de lo que es justo y verdadero.

Y no tendréis deseos de injuriaros el uno al otro, sino de vivir pacíficamente, y de dar a cada uno según lo que le corresponda. Ni permitiréis que vuestros hijos anden hambrientos ni desnudos, ni consentiréis que quebranten las leyes de Dios, ni que contiendan y riñan unos con otros y sirvan al diablo, que es el maestro del pecado, o sea, el espíritu malo de quien nuestros padres han hablado, ya que él es el enemigo de toda rectitud. Mas les enseñaréis a andar por las vías de la verdad y la seriedad; les enseñaréis a amarse mutuamente y a servirse el uno al otro. Y además, vosotros mismos socorreréis a los que necesiten vuestro socorro; impartiréis de vuestros bienes al necesitado; y no permitiréis que el mendigo os haga su petición en vano, y sea echado fuera para perecer.

(Libro de Mormón | Mosíah 4:11 - 16)



La gloria de Dios es la inteligencia, o en otras palabras, luz y verdad. La luz y la verdad desechan a aquel inicuo.

Todos los espíritus de los hombres fueron inocentes en el principio; y habiéndolo redimido Dios de la caída, el hombre llegó a quedar de nuevo en su estado de infancia, inocente delante de Dios. Y aquel inicuo viene y despoja a los hijos de los hombres de la luz y la verdad, por medio de la desobediencia, y a causa de las tradiciones de sus padres. Pero yo os he mandado criar a vuestros hijos en la luz y la verdad.

Mas de cierto te digo, mi siervo Frederick G. Williams, que tú has continuado bajo esta condenación; no has enseñado a tus hijos e hijas la luz y la verdad, conforme a los mandamientos; y aquel inicuo todavía tiene poder sobre ti, y ésta es la causa de tu aflicción. Y ahora te doy un mandamiento: Si quieres verte libre, has de poner tu propia casa en orden, porque hay en tu casa muchas cosas que no son rectas.

 De cierto le digo a mi siervo Sidney Rigdon, que en ciertas cosas no ha guardado los mandamientos en cuanto a sus hijos; por tanto, ponga en orden su casa primero. De cierto le digo a mi siervo José Smith, hijo, o en otras palabras, os llamaré amigos, porque sois mis amigos y tendréis una herencia conmigo —os llamé siervos por causa del mundo, y sois sus siervos por mi causa—

 y ahora, de cierto le digo a mi siervo José Smith, hijo: No has guardado los mandamientos, y debes ser reprendido ante el Señor; es necesario que los de tu familia se arrepientan y abandonen algunas cosas, y que atiendan con mayor diligencia a tus palabras, o serán quitados de su lugar.

Lo que digo a uno lo digo a todos; orad en todo tiempo, no sea que aquel inicuo logre poder en vosotros y os quite de vuestro lugar.

Mi siervo Newel K. Whitney, obispo de mi iglesia, también tiene necesidad de ser reprendido, y de poner en orden a su familia, y procurar que sean más diligentes y atentos en el hogar, y que oren siempre, o serán quitados de su lugar.

Ahora os digo, mis amigos, emprenda su viaje con rapidez mi siervo Sidney Rigdon, y también proclame el año agradable del Señor y el evangelio de salvación, conforme a las palabras que yo le dé; y por vuestra oración unánime de fe lo sostendré. Y apresúrense también mis siervos José Smith, hijo, y Frederick G. Williams, y les será dado según la oración de fe; y si guardáis mis palabras, no seréis confundidos en este mundo ni en el venidero.

Y de cierto os digo, es mi voluntad que os deis prisa para traducir mis Escrituras y para adquirir un conocimiento de la historia, y de los países y de los reinos, y de las leyes de Dios y de los hombres, y todo esto para la salvación de Sión. Amén.

(Doctrina y Convenios | Sección 93:36 - 53)


Y para terminar quisiera dar mi testimonio y decirles que la obra en la que estamos embarcados es de gran magnitud y de proporciones eternas. No solo nosotros sino también hombres sabios y doctos en las cosas del mundo saben que de ser cierto esto que hacemos, y lo es, es el acontecimiento mas grande que  a acontecido en la tierra desde el nacimiento y ministerio de Jesucristo.  Como dice el himno de la batalla de la republica:


28

Himno de batalla de la República

 

Con energía


Mis ojos ya perciben la gran gloria del Señor,

cuando Él esté venciendo la maldad y el error.

Ya desnuda Su espada cual un rayo de furor;

avanza Su verdad.


¡Gloria, gloria, aleluya!
¡Gloria, gloria, aleluya!
¡Gloria, gloria, aleluya!
Avanza Su verdad.

He leído la palabra que enseña la verdad

que según el hombre siembre, eso mismo segará,

y Jesús a la serpiente la cabeza herirá,

y Dios avanzará.

¡Gloria, gloria, aleluya!
¡Gloria, gloria, aleluya!
¡Gloria, gloria, aleluya!
Avanza Su verdad.

Ha llamado a la carga y no retrocederá.

A los hombres que lo siguen Jesucristo probará.

¡Oh, sé presta, pues, mi alma a seguirle donde va!

Pues Dios avanza ya.


¡Gloria, gloria, aleluya!
¡Gloria, gloria, aleluya!
¡Gloria, gloria, aleluya!
Avanza Su verdad.

Fue allende de los mares que el Rey Jesús nació,

y con perfección sublime Él la luz a todos dio.

Sed valientes, pues, vosotros y luchad cual Él luchó.

Pues Dios avanza ya.

¡Gloria, gloria, aleluya!
¡Gloria, gloria, aleluya!
¡Gloria, gloria, aleluya!
Avanza Su verdad.

Letra: Julia Ward Howe, 1819-1910.
Música: Compositor desconocido; apr. 1861.




Hermanos, ¿no hemos de seguir adelante en una causa tan grande? 


Avanzad, en vez de retroceder. ¡Valor, hermanos; e id adelante, adelante a la victoria! ¡Regocíjense vuestros corazones y llenaos de alegría! ¡Prorrumpa la tierra en canto! ¡Alcen los muertos himnos de alabanza eterna al Rey Emanuel que, antes de existir el mundo, decretó lo que nos habilitaría para redimirlos de su prisión; porque los presos quedarán libres! ¡Griten de gozo las montañas, y todos vosotros, valles, clamad en voz alta; y todos vosotros, mares y tierra seca, proclamad las maravillas de vuestro Rey Eterno! ¡Ríos, arroyos y riachuelos, corred con alegría! ¡Alaben al Señor los bosques y todos los árboles del campo; y vosotras, rocas sólidas, llorad de gozo! ¡Canten en unión el sol, la luna y las estrellas del alba, y den voces de alegría todos los hijos de Dios! ¡Declaren para siempre jamás su nombre las creaciones eternas! Y otra vez digo: ¡Cuán gloriosa es la voz que oímos de los cielos, que proclama en nuestros oídos gloria, salvación, honra, inmortalidad y vida eterna; reinos, principados y potestades!

He aquí, está a punto de llegar el gran día del Señor; ¿y quién podrá soportar el día de su venida?, o ¿quién podrá estar en pie cuando él se manifieste? Porque es como fuego purificador y como jabón de lavadores; y se sentará como afinador y limpiador de la plata; porque purificará a los hijos de Leví, los depurará como a oro y como a plata, para que presenten al Señor una ofrenda en rectitud. Ofrezcamos, pues, como iglesia y como pueblo, y como Santos de los Últimos Días, una ofrenda al Señor en rectitud; y presentemos en su santo templo, cuando quede terminado, un libro que contenga el registro de nuestros muertos, el cual sea digno de toda aceptación.

Hermanos, tengo muchas cosas que deciros referentes al tema; pero por ahora daré fin, y continuaré el asunto en alguna otra ocasión. Quedo de vosotros, como siempre, vuestro humilde siervo y constante amigo,
JOSÉ SMITH

(Doctrina y Convenios | Sección 128:22 - 25)

Mis amados hermanos como hemos visto y oído estas es lo obra de Dios y no del hombre, y va a continuar adelante con nosotros o sin nosotros, pues Dios avanza ya y avanza su verdad.  Porque rodara como una piedra no cortada con mano hasta que llene toda la tierra. Y todo esto se los dejo dicho con mansedumbre humildad con la única mira de glorificar y honrar a Dios y lo hago como uno que tiene autoridad en el Santo y Sagrado nombre de Jesucristo, Amen.

Les ha servido un indigno siervo en las manos de Cristo,

Miguel Ángel Tinoco Rodríguez’



Levantate, oh espada contra el pastor y contra el hombre companero mio

  Sion y Jerusalén 25 de Junio del año de nuestro Señor Jesucristo 2024 Levántate, oh espada, contra el pastor Por Miguel Ángel Tinoco...